Cuestión de suerte

La actitud cívica de los vecinos de La Chanca-Pescadería, y de su asociación, debería encontrar precisa imitación en los ciudadanos

José Luis Masegosa
23:39 • 03 sept. 2017

En esta tierra hemos estado y aún seguimos estando habituados a asistir impávidos, a la par que impotentes, a las sorpresas de la aniquilación, maltrato, abandono y olvido de nuestro patrimonio, incluido el histórico artístico. Tal vez por ello, hemos compartido, días atrás, con cierta satisfacción la buena nueva del rescate de un escudo de la ciudad olvidado en la mediana que divide los carriles de entrada y salida de la ciudad, en Pescadería. El símbolo almeriense, esculpido en mármol, había sido trasladado hace 29 años desde la Plaza de la Constitución al lugar donde ahora ha sido felizmente recuperado gracias a la actuación de la Asociación  La Chanca Pescadería A Mucha Honra  que denunció, hace un mes, el estado de la insignia de la ciudad y que hoy solicitará en el pleno municipal un emplazamiento más apropiado que el que ha tenido hasta ahora, donde ha sido ignorada durante casi tres décadas, tal vez debido al desconocimiento de la existencia de este emblema que representa a la ciudad de Almería.
La actitud cívica de los vecinos de la Chanca-Pescadería, y de su asociación, debería encontrar precisa imitación en los ciudadanos que sean conocedores de casos similares. Al igual que la actuación municipal , que ya ha restaurado y adecentado el escudo, debería ser reproducida por las demás administraciones competentes en la conservación y cuidado de nuestro cada vez más deteriorado patrimonio histórico artístico y urbano. Un deterioro y un abandono que han causado daños  irreparables y desapariciones de importantes piezas en nuestra rica geografía provincial. Es el caso de algunas de las obras del pintor y muralista indaliano Luis Cañadas, concretamente los mosaicos encargados expresamente por la Diputación en los años sesenta,  que han sido reiterados motivos de comentario por quien suscribe. Recuperado y acertadamente ubicado el monolito en la entrada de la autovía del 92 a su paso por Fiñana; parece que en vías de restauración y adecuada ubicación el monolito que se hallaba en el inicio de la provincia, en la antigua carretera de Murcia, a su paso por Huércal Overa, la “mujer almeriense” que con su cesta de pescado daba la bienvenida a Almería, en Adra, continúa misteriosamente desaparecida. Un año después de mi última alusión periodística a esta desaparición, nada nuevo se ha sabido pese a las pesquisas realizadas La que llamé “desaparecida de Adra” sigue en paradero desconocido y, al parecer, nadie sabe nada de tan hermoso monolito, con cierta envergadura y volumen como para dificultar la apropiación y traslado del mismo. Tal vez, el tiempo se haya aliado con la desidia para que perviva esta misteriosa desaparición. O quizá, como ha ocurrido con el escudo, todo haya sido mera cuestión de suerte. ¿?







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