"Si me queréis, irse"

Jose Fernández
23:50 • 17 jul. 2017

La Real Academia de la Lengua aceptará el uso de “iros” como imperativo del verbo “ir” a partir de otoño. Y eso es algo que estará poniendo de los nervios a los que insisten en dotar de sentido el viejo lema de “limpia, fija y da esplendor” que aparece en la portada de los Estatutos de esta Institución, publicados en 1715. No obstante, y para evitar más de un soponcio, hay que señalar que lo más correcto seguirá siendo decir “idos”. Pero como la verdad es que casi nadie usa ya esa forma decaída del imperativo, la Academia se ha puesto más real que monárquica y ha dado su nervudo y venerable brazo a torcer. De hecho, no es la primera vez que la RAE otorga su plácet a palabros pintorescos como “almóndiga”, “toballa” o “albericoque” -que de hecho ya están incluidos- puesto que además de establecer la norma, la Academia también tiene entre sus funciones dar cuenta de cómo se habla en la calle. Y como cada vez se habla peor, el diccionario se nos llena de estas acuñaciones, que son como cuando la ley de la gravedad y los vectores de la aceleración hacen coincidir tu coche en la vertical de la paloma cuando ésta se alivia en pleno vuelo. Y así, con la cagada en mitad del parabrisas, vamos circulando por la vida. Pero a la RAE no hay que criticarla por haber cedido a la presión de la realidad, sino por actuar de forma tan medrosa, pacata y pusilánime. ¿Qué otra cosa cabe esperar de quienes no se atreven a incluir la muy extendida expresión “follamigo” y se limitan a añadir la nebulosa “amigovio” para expresar más blandamente lo que explica con todo su vigor la primera? Así que, desde este humilde rincón, me atrevo a solicitar a la RAE que, en lugar del malsonante “iros”, quede admitida la voz “irse”, tal como sentenció la gran Lola Flores en el tumulto nupcial de su primogénita Lolita -“¡Si me queréis, irse!”- válido para despejar situaciones confusas en bodas y hasta en algunos grupos políticos. 







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