La cola del casting Horas de espera para conseguir un trabajo

La cola del casting Horas de espera para conseguir un trabajo

Evaristo Martínez
01:00 • 10 ago. 2013

Pedro tiene cincuenta años y una melena cana que contrasta con el colorido de su camisa y del inmenso paraguas con el que se protege del sol: son las doce del mediodía y agosto hace honor a su leyenda. Es actor, está en paro y acaba de plantarse desde La Alpujarra en la extensa cola de las pruebas de figuración para ‘Exodus’, la película sobre Moisés que Ridley Scott rodará en otoño en Almería.


Pedro está en la ‘Bola Azul’: entre él y una oportunidad laboral que espera en el Pabellón Moisés Ruiz habrá algo más de un kilómetro y miles de personas que también quieren aferrarse a una ilusión. “Estoy sorprendido. Esto es una muestra de cuántos parados hay en el país. Somos miles los que estamos aquí: no sabemos cuándo va a ser el rodaje pero toda la gente que está aquí sabe que no tiene trabajo”, dice. Sus palabras se repetirán, de una u otra forma, en tantas otras voces de la cola del casting.


Más de 16.000 personas han pasado esta semana por las pruebas celebradas en Macael, Pechina y Almería capital. Babieka Films, productora encargada de la selección, buscaba “hombres, mujeres y niños”, de “ascendencia árabe, africana y europea”, de “complexión delgada” y, a ser posible, “con rastas”.




El anuncio de que se pagarán 80 euros por jornada (60 a los niños por media jornada) ha supuesto un ‘efecto llamada’ que ha desbordado cualquier previsión: 1.500 personas el lunes en Macael, 5.000 el martes en Pechina, dinde se produjeron momentos de cierta tensión, y 10.000 el jueves por la capital, donde se extremó la seguridad y no hubo incidentes.


Voces críticas
Algunas voces opinan que no deberían haberse especificado las condiciones económicas. Otras, que los medios de comunicación, sedientos de titulares en la habitual sequía informativa veraniega, han magnificado la noticia. El ‘boca a boca’ ha hecho el resto.




“Esta mañana me han dicho que buscaban niños para un casting”, cuenta José Manuel, que aguarda con la pequeña Lorena, de cuatro años. El atisbo de sonrisa por la confusión se borra cuando presenta su película personal. “Estoy parado, mi mujer tiene cáncer y sólo tenemos una ayuda de 426 euros. Necesitamos lo que sea y hemos venido a la buena de Dios”.


Ante testimonios así parece una frivolidad preguntarse si los miles de aspirantes sabrán quién es Ridley Scott, si les hará ilusión trabajar con el genio cinematográfico que creó el sombrío y cercano futuro de ‘Blade Runner’.




Estefanía, de 25 años y con rastas, cita ‘Gladiator’ y ‘Thelma y Louise’. Viene con Juan, de 23 y en paro, dispuesto a hacer cola “básicamente por el dinero”. Aunque faltan diez horas para el inicio del casting, van a hacer noche en las inmediaciones del Pabellón Moisés Ruiz: son las doce y acaban de coger su lugar en una fila en la que ya tienen por delante a unas cuatrocientas personas.


Otros sueños
“He trabajado como repartidor y ahora estoy en el paro. Como no hay nada mejor que hacer, echaremos la noche aquí”, dice Julio, de 23 años. A unos metros, con una nevera de playa, Juanma, de 29, y Nacho, de 26. Tampoco tienen trabajo, y el primero está preparando el proyecto final de Ingeniería de Caminos, su segunda carrera tras Minas.


En la cola del casting también se sueñan otras historias. Como la de Imane, marroquí de 13 años, que “alucina” por asistir por primera vez a una prueba así. O Estela, de 12 años, que adora “el mundo de las películas”.


Hay, por supuesto, actores y actrices de vocación y estudios, como Mónica, tarraconense que vive en Tabernas y nunca ha visto una convocatoria tan masiva. “Con todo el solazo, alguien de producción debería estar pasando por la cola diciendo quién tiene oportunidad y quién no. Esto es una burrada”, apunta.


El rodaje de ‘Exodus’ coincidirá con los 25 años de la filmación de ‘Indiana Jones y la última cruzada’, la última vez que Hollywood nos visitó con sus pies de gigante. Esa efeméride, celebrada recientemente como una fiesta del cine, el turismo y la cultura en Guadix y Úbeda, ha sido ignorada, sin embargo, por ayuntamientos y administraciones locales.


La película de Ridley Scott, sin duda otro de los grandes directores de nuestro tiempo, y cuyas películas tienen un impacto global, puede ser una segunda oportunidad para corregir errores del pasado y emprender el camino, ahora sí, al futuro sin ignorar ese presente que es escucha en la cola del casting. Al fin y al cabo, Almería está tan necesitada de trabajo como de buenas y motivadoras noticias.



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