“He llevado el acento almeriense al musical de ‘Pretty Woman’ en Gran Vía”

El actor Natán Segado encarna a Giulio, el botones, en el musical basado en la popular película

El actor almeriense Natán Segado como Giulio en el musical ‘Pretty Woman’. Foto: Imanol Fuentes.
El actor almeriense Natán Segado como Giulio en el musical ‘Pretty Woman’. Foto: Imanol Fuentes.
Evaristo Martínez
20:04 • 28 oct. 2023

Hace algo menos de una década, Natán Segado (Almería, 1989) ganó una entrada para la gala con la que la productora de musicales Stage celebraba sus 15 años en España. Hoy, forma parte de una de esas obras que han convertido la Gran Vía en el Broadway madrileño



Graduado en Interpretación Textual por la ESAD de Sevilla se fue a Madrid para seguir con el Grado en Interpretación Musical de la RESAD y el Máster de Artes Escénicas de la Universidad Complutense. 



Fue estudiando Magisterio en la Universidad de Almería cuando se enamoró de las tablas. Aunque lo de la música venía desde niño: participó en ‘Veo veo’ y ‘Menudas estrellas’ y llego al casting final de Eurojunior.



Ha actuado en siete montajes en el Teatro de la Zarzuela y en musicales como ‘La tienda de los horrores’ y ‘Billy Elliot’. Ahora, triunfa en el EDP Gran Vía como Giulio, el botones de ‘Pretty Woman’, papel por el que fue nominado como actor de reparto en los XV Premios Teatro Musical



El personaje no sale mucho en la película. 



Aquí se le da más protagonismo. El musical lo compone Bryan Adams y en Broadway el personaje es más bailarín, con mucha técnica de clásico. Mi casting fue horrible, pero a la directora, Caroline Brouwer (‘Anastasia’, ‘El guardaespaldas’), le hice gracia.



¿Horrible por...?
En la primera prueba fui muy deportivo, porque tienes que interpretar, cantar y bailar, y me dijeron que a la próxima fuera más arreglado. Estaba en Almería, en la playa, que para mí es una terapia, y me llamaron: tenía la prueba al día siguiente. En Madrid no tenía traje y nadie pudo dejarme uno, así que me lo compré en Zara. Le dejé la etiqueta para luego cambiarlo, en plan cutre (risas). 



No me diga que...
Me pidieron que me quitara la chaqueta, me la pusiera, me la abriera... En una de esas, la etiqueta, enorme, se enganchó con el botón de la camisa y la vieron. Luego me quité los zapatos para bailar sobre el linóleo y tenía un agujero (ríe). 


Pero mire, el papel fue suyo.

A la larga, fue algo a favor del personaje: Giulio, es muy patoso, todo le sale mal, y a mí me salió así de manera orgánica. Mis amigos bromean con que me cogieron para que me pudiera comprar un traje. Por cierto, al final no cambié el de Zara.

 

En el escenario canta y se luce más con la comedia. 

En los ensayos me pedía cosas muy técnicas, pero no soy un súper bailarín, así que propuse algo. La meta de Giulio es ser el dueño del hotel: va pegado al director para aprender y siempre le dice “sí, señor”. Sugerí que el botones dijera “sí, señó”, con mi acento, así que el director siempre le va corrigiendo. Ahí surgió una cosa cómica que gustó mucho. 


Y un toque almeriense.

Totalmente. Tenía un poco de miedo, no sabía cómo el público iba a encajarlo, porque en ningún momento quería que se hiciera burla del acento, al contrario. Más orgánico que yo, que soy de Almería, no lo va a hacer nadie. Estoy muy contento porque mi personaje es el que aporta la comedia. La gente se ríe muchísimo.


Estrenaron en Barcelona y ahora están en Gran Vía.

Es impresionante: en un día se pueden vender 300 entradas solo de gente que pasa por allí. Tras Broadway y el West End, Madrid es la tercera potencia de musicales. Son ocho funciones a la semana, de martes a domingo.


¿Se parece a la película?

Roger Berruezo, el protagonista, dice que es como ‘Pretty Woman’ con extras. Como verla en directo pero con más escenas. Hay momentos que se dicen las mismas frases y es muy bonito ver cómo la gente se sabe los diálogos de memoria. 


Sí hay algunos cambios.

Hay secuencias que hoy se ven machistas. En el musical, ella ejerce la prostitución pero decide cuándo y con quién. Y cuando quieren abusar de ella, se rebela y pega una patada. Es una Vivian más empoderada, aunque al final de la película también lo era.  


¿Era fan del original? 

La que es muy fan es mi abuelita, Carmela, es su película favorita. Me la puso con 12 o 13 años y me pareció una comedia romántica sin más. Cuando me cogieron la volví a ver y me encantó, sobre todo el trabajo actoral de Julia Roberts. Tenía solo 22 años y era un personaje muy difícil: una chica vulgar, pero con un encanto que la hace diferente a todas.


¿Su musical favorito?

‘Billy Elliot’: lloras, ríes, es una catarsis. Y en cine ‘Moulin Rouge’.


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