Detrás de la pantalla (VII): Se van a contagiar los insensatos

Álvaro Hernández
07:00 • 20 abr. 2020

Hay un tipo en Estados Unidos que está demostrando en estos instantes que tener dinero no sirve de mucho si el destino se propone mofarse de ti.



No se trata de Donald Trump y el golpe de realidad que le ha dado el coronavirus, sino de un ricachón que pagó 2 millones de dólares para comprarse un pueblo abandonado y ahora está comiendo nieve, literalmente.



El asunto es preocupante. El muchacho, a sus 32 años, se ha ido a Cerro Gordo, que es como se llama este antiguo poblado minero de California, a ver qué tal está el lugar, como el que va a casa del vecino para subir las persianas y regarle las macetas mientras está de viaje.



Y de golpe, el drama: no solo le pilló allí la pandemia, sino que un nevazo sin precedentes le ha dejado atrapado en este rinconcito situado en mitad de ninguna parte en el que, además, cuentan que habitan los espíritus de dos niños allí fallecidos (cosa que aún no ha confirmado Iker Jiménez porque ahora está liado contándonos la verdad sobre el caso Covid-19).



El señor propietario se alimenta de latas de atún y calienta nieve para beber agua, mientras comparte en Instagram fotos de paisajes blanquísimos y los muñecos de nieve que hace para matar el aburrimiento.



Este superviviente nato se llama Brent Underwood, lo cual me recuerda otra cosa que me preocupa muchísimo: la obsesión que tenemos todos con la pandemia traspasa ya hasta las pantallas.



Me pasó viendo en Netflix  un capítulo de ‘Cómo defender a un asesino’ hace ya más de un mes y ahora me ha vuelto a pasar viendo ‘House of Cards’: cada vez que ese político despiadado que es Frank Underwood tiene una reunión, mi primera reacción es preguntarme cómo es tan irresponsable de salir de casa y a dónde demonios va sin mascarilla dándole abrazos a todo el mundo.



De verdad, veo series pensando que se van a contagiar los muy insensatos que las protagonizan. Luego se me pasa y recuerdo que estoy viendo la tele, pero es que esta vez la realidad es mejor que cualquier guion.


En el último capítulo que he visto, Underwood (Frank) termina confinado en el Capitolio por un posible ataque  con ántrax. No me digáis que no es gracioso.


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