Al Almería le sobraron 60 minutos en Vallecas

A veces uno tiene la sensación de estar en otra galaxia futbolística

La salida de Rayo-Almería al campo.
La salida de Rayo-Almería al campo. LFP
Miguel del Pino
13:07 • 07 feb. 2023

A veces uno tiene la sensación de estar en otra galaxia futbolística o de ver las cosas al revés porque no me pareció que el Almería hiciera un buen primer tiempo. El partido frente al Rayo yo lo dividiría en cuatro partes. La primera podría durar poco más de diez minutos. En esta fase del juego, como ocurriera en la ida, el Almería fue dueño y señor del partido. Con una presión adelantad eficaz y agresiva hizo recular al Rayo. La diferencia entre el partido de la primera vuelta y el del lunes estuvo en que entonces el buen juego de los nuestros se reflejó en el marcador y en la visita a Vallecas no. Cinco saques a favor por sólo uno en contra y tres ocasiones de gol protagonizadas por Robertone, Melero y Baptistao son las acciones más destacadas de este periodo de buen hacer rojiblanco, incluso de excelente juego de los nuestros.
    



El salir indemnes del peligro indálico dio pie a los locales para ir cambiando el signo del partido; el Almería se fue difuminando y hasta el descanso los madrileños mandaron en el juego aunque sin inquietar demasiado a Fernando. Poco a poco la tropa almeriense se vio obligada a hacer lo contrario de lo que les gusta. El jugar con dos extremos, ya no lo hace ni el Barcelona, fue perfectamente aprovechado por Iraola que mandó quemar sus naves por las bandas, lo que obligó a Embarba y Baptistao a dejar de crear en ataque para socorrer a los laterales.
    



Los locales, conscientes del bajón visitante en la recta final del primer periodo olieron sangre en el vestuario y salieron a herir a su rival. Tardaron poco en conseguirlo gracias a un córner bien lanzado y mal defendido con el que Ely batió a su portero. Iraola quería hacer más grande la herida y, consciente de la debilidad en banda de los nuestros puso en acción a Álvaro que en 15 segundo sentenció tras una pérdida y un desajuste. Dos goles evitables que iban a conducir a un nuevo desastre fuera de casa.
    



Cinco minuto después del 2-0 reacciona Rubi con tres cambios que sirven para nivelar el juego, pero no para argumentar lo suficiente como para pensar en acortar la distancia en el marcador. Sólo cuando el duelo llegó al último cuarto el técnico cometió la ‘temeridad’ de jugar con dos delanteros. Con el 4-4-2 se entró en la última fase, la mejor de este aciago segundo periodo. Pudo incluso meterse al Almería en el partido los centros de los laterales hubieran ido bien direccionados o si el gran disparo de Sousa hubiera entrado. Lo paró el meta rayista. Con más voluntad que acierto el partido se acercó a su final.
    



Y los palmeros pidiendo renovaciones. Que tristeza, Señor.  Una merecida derrota que deja bien a las claras la inoperancia de los nuestros cuando de jugar fuera de casa se trata. Lo peor es que no aprendemos. Insistimos en los errores que están llevando al equipo a la ruina deportiva en los desplazamientos. Iraola un entrenador trabajador y cotizado le ganó la partida a un Rubi atascado que sólo buscó reaccionar cuando perdía por 2-0.
    



Anuncia un proverbio español que “las desgracias nunca vienen solas”. Bien se le puede aplicar a la negra noche rojiblanca en Vallecas. En el once inicial almeriense estaban amenazados de suspensión Robertone y Baptistao. Teniendo en cuenta que son los partidos de casa los que mantienen vivo al equipo en la tabla y que estos dos futbolistas son vitales en el Mediterráneo, o bien se les debía de haber reservado o bien aleccionado para que no fueran amonestados. Ni una cosa ni otra y ahora toca hacer frente al Betis en el Mediterráneo sin el medio centro y sin el extremo diestro.
    



Dirigió el partido abulense Soto Grado. Pese a que el duelo ofreció pocas complicaciones no dio nunca la sensación de tener dominado el partido. Encuentro blando y sin jugadas polémicas. Criterio anárquico a la hora de las medidas disciplinarias pero con certera puntería para desenfundar  contra los dos únicos almerienses apercibidos, eso sí de forma más que rigurosa. Ni es de los mejores ni influyó en el resultado.




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