Así celebra esta ciudad de Almería el fin de año a orillas del mar

Miles de personas vuelven a las playas de Roquetas para celebrar las tradicionales Moragas

Víctor Navarro
18:01 • 29 dic. 2023

Un año más, miles de roqueteros y visitantes acuden sin falta a las playas de Roquetas de Mar para celebrar las populares Moragas. El 29 de diciembre puede ser una jornada normal y corriente, pero en esta localidad del Poniente este día, es más que una simple fecha en el calendario. Es una manera particular de despedir el año reivindicando una identidad marinera que se vale del azul del mar y el rojo de las hogueras como los elementos fundamentales para iniciar una nueva temporada.



La alegría, familiaridad y cercanía se perfuman con el humo de las barbacoas y el aroma de las sardinas asadas y se refrescan con vino y cerveza en este viernes de ambiente festivo a pie de playa. Toda la costa de Roquetas de Mar se convierte en el escenario de este aquelarre marinero que tiene su epicentro en las playas de La Romanilla y La Bajadilla, así como todas las calles vecinas al puerto de la localidad.



Las Moragas de Roquetas de Mar tienen el privilegio de ser la festividad pagana con más afluencia de Almería. No responden a ningún santoral, simplemente al respeto al oficio de pescador y a una tradición que se ha pasado durante generaciones de padres a hijos.



A las 9:00h los más madrugadores ya ocupaban sus escaños en la costa y hacían de avanzadilla y puesto de reserva para todos aquellos amigos y familiares que han ido llegando a las playas a lo largo del día para pertrechar todos los preparativos necesarios para el banquete: mesa, sillas, brasas, migas, pescado y carne. En un día que ha amanecido nublado, con temperaturas que han rondado los 12º, los asistentes a las Moragas han dicho adiós al año a su manera, camuflando el frío al calor de las hogueras y enardeciendo el espíritu con brindis y villancicos a orillas de la mar.



La trascendencia de las Moragas en el imaginario popular de Roquetas de Mar no sólo responde a una manera propia de despedir el año, sino también a una sentida bienvenida. La de los marineros que volvían a sus hogares después de tiempo faenando en la mar. Algunos de los más veteranos de esta festividad se han atrevido a mencionar el lugar donde los antiguos pescadores roqueteros desempeñaban su trabajo: "la isla" (en referencia a la Isla de Alborán).



La familias de aquellos pescadores, sabiendo que la temporada de pesca tocaba a su fin, acudían a las playas roqueteras donde los recibían entre abrazos, lisonjas y víveres. Esta celebración se ha mantenido viva entre los vecinos de los barrios portuarios de Roquetas de Mar desde más de cien años hasta la actualidad, convirtiéndose en una joya arqueológica de la sociedad y el folklore roquetero. Tal es la mística que envuelve a este encuentro multitudinario, que su origen está  sujeto a diversas teorías que vinculan a los pescadores y a sus familias.

Algunos dicen que las familias recibían a los avezados pescadores con comida a sus regreso, otros dicen que los pescadores regresaron con excedente de pescado seco que compartieron con sus familias a pie de playa dando origen a la tradición del banquete costero. Pero fuera cual fuese la motivación que suscitó el punto de partida, las Moragas se convirtieron en una norma a seguir, creciendo de manera formidable hasta ser una de las fiestas más queridas del municipio




Lo más importante de las actuales Moragas radica en la convivencia vecinal. Familias completas y grupos de amigos han comenzando los fastos a partir de las 12:00 horas. Este evento homenajea a uno de los oficios más antiguos de la localidad, y de las zonas costeras de la comarca de El Poniente, el de pescador. De la misma manera, ser tierra costera y portuaria confiere a la ciudad un halo de lugar de acogida abierta al extranjero. Lo son muchas localidades marineras, y Roquetas de Mar no iba a ser menos. Y tal testimonio, lo dan esas personas que han se han acercado desde el resto de la provincia para celebrar con Roquetas de Mar y sus gentes esta manera de dar la bienvenida a los seres queridos que están lejos durante un periodo considerable de tiempo y despedir con ellos el año mirando al mar.




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