Las lluvias de mayo salvan la cosecha de la exclusiva miel de albaida

Es un producto de gran pureza al no realizarse mezcla con polen de otras especies vegetales

Plantas de albaida en floración en la zona de Sierra de Los Filabres
Plantas de albaida en floración en la zona de Sierra de Los Filabres La Voz
Antonio Fernández
22:17 • 13 jun. 2023

La capacidad de supervivencia de la Naturaleza almeriense se ha puesto a prueba durante la mayor parte del otoño, el invierno y la primavera. La escasez de precipitaciones en esos meses ha conformado un escenario de sequía que no se ha aliviado hasta bien entrado este último mes de mayo.



Una de las consecuencias de esa precaria situación hídrica ha sido la pobre floración de algunas de las especies vegetales que son el soporte para la producción de miel, entre ellas la de albaida y la de retama, consideradas entre las más exquisitas y selectas del mundo.



Lluvia al rescate
Las perspectivas para este año eran ciertamente pesimistas porque la presencia de las flores ha sido muy escasa en los cinco primeros meses de este año. Sin embargo los milagros existen y las precipitaciones que se han producido en la última semana de mayo y primeros días de junio han provocado un rebrote de estas plantas en el interior de la provincia.



Según explica Antonio Rubio Casanova, responsable del área de biodiversidad del Grupo Ecologista Mediterráneo y uno de los mejores conocedores de la flora almeriense, la llegada de estas lluvias, a pesar de ser tardía, ha permitido que albaidas y retamas estén floreciendo en estos momentos y, con ello, las expectativas para los productores de este tipo de mieles han mejorado notablemente.



Retraso
La biología dice que la floración de la albaida se produce desde mediados de marzo hasta mediados de junio, sin embargo este año ha sido en estas primeras semanas de junio cuando han alcanzado un nivel de desarrollo más intenso, lo que permite a las abejas hacer su trabajo y recoger ese polen que se transformará en la rica miel.



El ‘secreto’ es que estas especies vegetales disponen de un potente sistema radicular que garantiza su supervivencia en años de escasez de lluvias, como ha sido este 2023. La suerte es que, gracias a las borrascas de última hora habrá una cosecha aceptable y los amantes de esta miel de albaida tendrán la posibilidad de conseguirla de manos de los apicultores y de los agricultores y ganaderos que disponen de colmenas en zonas como la de Los Filabres donde su presencia es más frecuente.



Tesoro amarillo
Desde luego la cosecha de este año no será similar a la de 2022, un año en el que la primavera trajo consigo precipitaciones intensas que generaron una generosa presencia de albaida y una poderosa floración de una especie que depende mucho de la meteorología; es otra consecuencia del cambio climático.





Rubio Casanova explica que la calidad de la miel de albaida se la confieren las características especiales de la materia prima que la convierten en un producto exclusivo. Las primeras floraciones, que no suelen coincidir con las de otras especies como la retama o el tomillo, hacen que la producción sea muy pura al no producirse mezcla con el polen de otras flores.


Otro ‘secreto’ de esta miel se debe a las condiciones en las que se desarrollan las plantas, desde las horas de sol, el clima o un entorno especial. La miel tiene, de hecho, sus propias leyendas, como la que defiende que “no hay enfermedad que no se cure con una infusión de hierbas con una generosa cucharada de miel de albaida”.


Manda la naturaleza
La miel de albaida es un alimento exquisito que se ha elaborado ‘toda la vida’ en los pueblos de las sierras almerienses. La dificultad de su producción viene determinada por una radical dependencia de las lluvias o de las condiciones naturales.


Debido a eso es difícil prever el volumen de la cosecha de cada año y su comercialización. Los años de sequía han provocado un descenso en la producción y, junto con el incremento de los costes (básicamente el combustible), un aumento del precio, que prácticamente se ha duplicado desde los 6 a los 11 a 13 euros/kilo.


Esta exclusiva miel siempre se vendió en los pueblos por parte de los productores, pero su fama ha despertado el interés de los mercados y esa exclusividad hace que se hable de precios de más de 100 euros/kg en mercados exóticos, como los países árabes.


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