Vélez-Blanco

“Lo que se ha dicho es completamente falso”: Carta abierta al párroco de Topares

Carta del vicario general de la Diócesis de Almería al párroco de Topares

Imagen de archivo de la ordenación sacerdotal de Miguel Joaquín Martín Romera.
Imagen de archivo de la ordenación sacerdotal de Miguel Joaquín Martín Romera.
Ignacio López Román
12:23 • 06 ene. 2023 / actualizado a las 12:49 • 06 ene. 2023

Carta abierta al Rvdo. Sr. D. Miguel Joaquín Martín Romero, párroco de Vélez-Blanco, María, Cañadas de Cañepla y Topares



Estimado Miguel;



Me dirijo a ti en esta carta personal para transmitirte por escrito, como ya lo he hecho en numerosas ocasiones de viva voz, mi respeto, mi apoyo y mi ánimo en la tarea que, como joven párroco, pastor de aquellas comunidades queridas, estás haciendo. Conozco de primera mano lo mucho que te quiere la gente en aquellos pueblos, la ilusión, las ganas, la simpatía y el esfuerzo que pones en tu tarea pastoral. Quien te conozca, aunque sea muy poco, pronto percibirá en ti a una buena persona, a un buen cura, que sin perder la sonrisa y con todo el ánimo del mundo sirve a su pueblo, aún en las condiciones más adversas.



Te decía al comienzo que tienes todo mi respeto, porque te lo has ganado. Te lo ganaste el primer día que decidiste poner en orden una situación anómala. Nunca pretendiste expulsar a nadie de ningún lugar; tan solo poner sentido y hacer bien las cosas. Pero tu atrevimiento fue imperdonable para una parte de una de tus parroquias. Por mucho que lo explicamos a quienes quisieran escuchar, nunca se escuchó tu voz, tan solo el ruido atronador de las redes sociales y de los medios que, sin contrastar la información en la mayor parte de los casos, se abalanzaron sobre el párroco de Topares. Ha sido mucho lo que se ha dicho sobre ti en algunos medios de comunicación y en redes sociales, y la inmensa mayoría de lo que se ha dicho es completamente falso. Te han acusado incluso de romper o de dejar sin luz las campanas de la Iglesia; y en la misma foto que ilustraba la noticia, el reloj del campanario perfectamente iluminado… De una red social muy conocida extraigo un último comentario que aún sigue publicado, con nombre y apellidos: «hola la iglesia es una obra de ladrillo, cemento y es del pueblo, ese cura es católico religioso. Incharlo a ostias y qe se vaya del pueblo con su religión, pero que deje la iglesia o ese edificio que es del pueblo de Topares» [sic] Mi respeto, Miguel, por tanto como llevas aguantando; pero sobre todo porque ni un solo día has dejado de atender a todos y a cada uno de tus pueblos, también a Topares. A pesar de todo, tu siempre has estado con tu rebaño; has tenido la excusa y la oportunidad para dejar de ir una temporada o reducir la presencia hasta que se calmasen las aguas, pero no: tu siempre con tu buen hacer, con tu celo pastoral, con tu deseo de servir a quienes se dejen hacerlo. Casi, casi, como si no pasase nada.



Estimado Miguel, no solo mi respeto, sino mi apoyo es total hacia ti y hacia tu labor; te lo he dicho en muchas ocasiones y ahora te lo digo por aquí. También se lo he dicho a aquellos con los que me he reunido y que han representado a la Asociación de Hermandad de Ánimas de Topares. Por eso me sorprende y me molesta que en la última carta que me dirigen afirmen que en algún momento haya planteado que tu no fueras a continuar como párroco en aquellos pueblos, incluido Topares. Jamás. Por



dos razones: primera, porque esa decisión no me compete a mí; y la segunda es por convicción propia, pues no podría nunca dejar de apoyarte por la sencilla razón de que estoy totalmente de acuerdo contigo en tu proceder, en tu labor, en tus decisiones. Siempre. Desde el principio te lo manifesté y así lo sigo haciendo. Has hecho lo que tenías que hacer, pues estás velando por tus parroquias. Y dentro de ese velar, nos toca proteger el patrimonio de la parroquia que es patrimonio de todos y para que lo



siga siendo para las generaciones futuras de topareños. Igual que los de hoy pueden disfrutar de aquellas instalaciones, el que sigan perteneciendo a la parroquia es garantía de que en el futuro estén a disposición de todos, y no solo de unos pocos. Y eso es lo que tu estas haciendo: sirviendo a tu pueblo, incluso sin la comprensión de muchos y el ataque de unos pocos.



Por último, Miguel, ¡ánimo! Ánimo porque tu labor merece la pena, hacer el bien y lo mejor siempre lo merece. A pesar de todo, siempre sigue adelante, por amor y deseo de servir a la Iglesia, a tu pueblo encomendado, a tus gentes, la mayoría de ellas sencillas y buenas, que también saben reconocer a alguien sencillo y bueno como tú, servicial y alegre. Aquellas parroquias te quieren mucho, te has ganado su cariño por tu buen hacer, por tu forma de ser. Y, repito, quien te conozca, aunque sólo sea un poco, sabe que no exagero. El bien que estás haciendo en esa querida tierra es inmensamente mayor al ruido que se pretenda forzar. Tu has rezado muchas veces delante de un Crucificado, uno que llevas bien adentro; aquella cruz Él la transformó en vida, entregada y redentora.


Finalizando esta carta, Miguel, te pido perdón por si no he sabido servir y servirte mejor. Y te vuelvo a reiterar mi afecto personal, mi apoyo y mi deseo de que se abra paso la cordura para solucionar una situación que nunca tuvo motivo para darse.


Recibe un cordial y fraternal saludo en Cristo,


Ignacio López Román, Vicario General. 


Temas relacionados

para ti

en destaque