Las 6 calas inaccesibles de Almería que enamoran a sus visitantes extranjeros

La revista Traveler invita a descubrir paraísos en la provincia, especialmente en Cabo de Gata

La Playa de los Muertos es uno de los grandes atractivos de la costa almeriense.
La Playa de los Muertos es uno de los grandes atractivos de la costa almeriense. La Voz
M. R. Cárdenas
12:37 • 13 jun. 2020

Llega el calor del verano, se levantan, poco a poco, las restricciones del estado de alarma impuesto por la pandemia del coronavirus y, como cada año, las redes sociales e internet se llenan de referencias a uno de los bienes más valiosos que recoge la provincia de Almería, sus playas. Eso sí, ahora más que nunca, en la que se ha denominado "nueva normalidad", cuando la distancia de seguridad y el evitar los contactos con desconocidos son el pan de cada día, hay un atractivo de la costa almeriense que es prácticamente inigualable: sus calas y rincones más inaccesibles.



En la revistra Traveler, de Conde Nast, son conscientes del poder de atracción que la geografía almeriense bañada por el Mar Mediterráneo tiene para el turismo en época de Covid-19 y han elaborado un listado con las que, a su juicio, han elaborado las que son las 6 mejores y más recónditas playas de la provincia bajo el título "Playas inacesibles de Almería que merecen el esfuerzo".



Y avisa: "La recompensa viene en forma de pequeños paraísos". Y cuánta razón, pues sus elecciones son las que, a buen seguro, podría hacer un buen amante de esta provincia y de sus pequeños paraísos perdidos entre la tierra y el mar. Así, el listado de la revista supone una invitación a todos los turistas internacionales a que lleguen a la provincia para perderse en busca de alguna de las calas, que, pese a su dificultoso acceso, no pueden quedarse sin ser visitadas.






Playa de los Muertos, Carboneras



Así, la primera de ellas es una playa que, año tras año, se cuela en los primeros puestos de las playas más bonitas de España y que se encuentra ubicada en Carboneras, en pleno Parque Natural de Cabo de Gata. De este rincón de belleza única, la revista destaca que, efectivamente, "se ha hecho un hueco entre las más bellas de España".



Pero más allá de su belleza, en el artículo también se tiene en consideración la dificultad que entraña llegar hasta poder pisar el agua, por lo que resalta: "Para llegar hay que elegir una de entre tres posibilidades: recorrer 700 metros con bastante desnivel; recorrer 600 metros aún más escarpados o bajar unas escaleras bastante irregulares. También se puede alcanzar por mar, en una embarcación que sale desde el puerto de Carboneras". 



Cala San Pedro, Cabo de Gata-Níjar

El segundo apunte de Traveler es otro clásico de los que apuestan cada verano por visitar Almería. Un rincón que no solo mantiene su belleza natural casi intacta, sino que también tiene un atractivo singular y casi único en la provincia: es el espacio en el que reside una comunidad de 'hippies'. "Incrustado entre las colinas de un paisaje semidesértico, en la cala de San Pedro se abre como por encantamiento un vergel de vegetación y aguas de aspecto tropical gracias al fondo de arena blanca y fina", señala el articulo de Traveler, que continúa con sus halagos a la conocida cala de Cabo de Gata, a pesar de su acceso.


"Su aislamiento se mantiene, en parte, gracias a la dificultad de acceso a la playa, que discurre, en su primer tramo, por un camino de tierra con desnivel. Por ello, los primeros dos kilómetros se pueden hacer en coche (aunque es complicado), pero los dos siguientes, en un sendero estrecho que discurre entre acantilados, han de hacerse forzosamente a pie". 


Cala de Peñon cortado, Cuevas del Almanzora

Alejada de las playas y calas de Cabo de Gata, en el municipio de Cuevas del Almanzora destaca también una playa que, como recoge Traveler, bien podría ser un escenario de cine. Es Peñón cortado, una cala en la que la sombra está casi asegurada gracias a los grandes bloque de piedra que forman el contorno de la playa y en la que la biodiversidad cobra un vida sin igual bajo el mar.


"Claramente, merece la pena el descenso de 400 metros a pie que hay que hacer hasta llegar a ella (eso sí, en camino asfaltado). Se puede llegar en coche hasta el aparcamiento, por la APL-116 (Carboneras-San Juan de los Terrenos), y la cala también es accesible por mar", apunta la revista.


Cala Rajá, Cabo de Gata-Níjar

Pero la escapada de Cabo de Gata dura poco y va a parar a una cala con más de 120 metros de orilla y para la que es necesario dar un paseo de casi 500 metros a pie para poder perderse en su arena dorada. "Después de un tramo de tierra, podemos tomar dos senderos, siendo el de la derecha algo más sencillo. Aún así, desciende a través de un desnivel de más de 20 metros por una especie de garganta cuya superficie está plagado de piedras, por lo que la cala suele ser un arenal, además de mágico, poco concurrido", escribe la revista sobre una cala que no es tan conocida, pero que ha gana adeptos gracias al boca a boca.




Cala del Plomo, Cabo de Gata-Níjar

Un camino dificultoso y de más de media hora en coche hasta llegar a la zona de aparcamiento; las dudas de si habrá sitio o no, y, por último, un paseo más relajado. Este es el trayecto que ha de recorrer el visitante por el Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar para llegar a una playa idílica de aguas tranquilas y transparentes. 


Cala de Enmedio, Cabo de Gata-Níjar

La última parada en este particular viaje por las calas más bellas y recónditas de la costa almeriense termina en Cala de Enmedio. "En agosto suele haber algo de gente, pero fuera de ese mes, posiblemente te encuentres solo en esta hermosa playa virgen de 120 metros de longitud y arena fina, con extraordinarias vistas del pueblo de Agua Amarga. En los laterales de la playa, además, hay dunas fosilizadas donde se han formado pequeñas pozas en las que es posible darse un pequeño chapuzón. Se puede llegar a este paraíso desde la ya mencionada Cala del Plomo, recorriendo un camino de 1,7 kilómetros que lleva unos 20 minutos culminar. También se llega desde Agua Amarga, en barco o kayak, o si lo preferimos, a pie: caminando son unos 90 minutos2, recoge Traveler.


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