Varios robos desde enero en dos negocios del Paseo Marítimo

La madrugada del pasado miércoles entraron a robar la caja de un popular restaurante italiano

Paseo Marítimo a la altura de la calle San Miguel.
Paseo Marítimo a la altura de la calle San Miguel. Google Maps
Francisco G. Luque
18:00 • 13 may. 2024

Dos negocios de hostelería del Paseo Marítimo, ubicados la zona final de la Playa de San Miguel, han estado desde que comenzó este año 2024 en el punto de mira de los ladrones. En ambos se han producido hurtos de diferente índole, teniendo lugar el último la madrugada del pasado miércoles, cuando forzaron una de las persianas metálicas y posteriormente la puerta de acceso de uno de ellos.



Ocurrió en el popular restaurante italiano Ciao Pizza, aunque por suerte sus propietarios se habían llevado al cierre del turno de dicha jornada la recaudación de la caja, lo que dejó solamente la posibilidad al autor o autores del allanamiento de marcharse con un pequeño botín de unas cuantas monedas. Sin embargo, para acceder a dicho local generaron algunos desperfectos en cerraduras y un cristal



Dicho negocio sufría una situación similar a la que ya vivieron en enero sus vecinos y paisanos de enfrente, en Restaurante Buono. En la noche del 9 al 10 de dicho mes alguien forzó la persiana del kiosco que este bar de comida italiana referente de la capital compró hace unos años para dar soporte a su terraza acristalada que tiene a un paso de la playa. 



Por suerte, en este caso tampoco pudieron llevarse nada de la caja de dicho espacio del restaurante, puesto que estaba vacía, pero sus propietarios encontraron pisadas en la barra y signos de cómo habían forzado la persiana automática para entrar. A uno de sus dueños, sin embargo, le robaron del cajón de su moto un ordenador portátil solamente un mes más tarde en una calle aledaña, aunque pudo recuperarlo días más tarde gracias a las cámaras de seguridad de otro negocio cercano.



En el mismo restaurante, los propios trabajadores han sufrido hurtos en la mismísima puerta del establecimiento en los últimos cuatro meses. Uno de sus camareros, al acabar el turno, dejó durante unos segundos el patinete eléctrico con el que se desplazaba de su casa al trabajo y viceversa pegado a la cristalera. Cuando salió para marcharse, ya se lo habían robado. La cámara de seguridad grabó al autor. En otra ocasión, otro de sus compañeros pilló 'in fraganti' a un joven que se estaba llevando su patinete y pudo evitar que se lo robaran.



Desde estos negocios muestran su preocupación por estos hechos, afirmando de una forma tajante que "cada vez se ve a más gentuza por esta zona". Y es que no solamente son víctimas de los hurtos, también sufren, como muchos otros negocios hosteleros, la presencia de molestos individuos que se mueven por calle San Miguel y alrededores y que alteran la tranquilidad de los clientes que comen o cenan en las terrazas





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