Detrás de las celdas: descifrando los perfiles de los presos de El Acebuche

Delitos contra el patrimonio, salud pública y violencia de género, los más comunes

Imagen de archivo del interior del Centro Penitenciario de Almería El Acebuche.
Imagen de archivo del interior del Centro Penitenciario de Almería El Acebuche. Mohamed Ezzizaoui
Mohamed Ezzizaoui
19:22 • 21 abr. 2024

En las afueras de Almería, a tan solo veinte minutos de pleno centro, se encuentra el Centro Penitenciario de Almería El Acebuche. Este complejo carcelario representa un punto crucial en el panorama judicial y social de la provincia, consolidándose como una institución destinada a la rehabilitación y la reinserción de individuos condenados por diversos delitos.



Con una capacidad que supera las 1.000 plazas, el centro rara vez alcanza su ocupación máxima, pero alberga a una población diversa de internos e internas. Sin embargo, tras las paredes de esta prisión se esconde una compleja mezcla de historias individuales, cifras demográficas y trayectorias judiciales que pintan un retrato de la población carcelaria en Almería.



La mayoría de los internos son de primer ingreso



Los datos del Centro Penitenciario de Almería, correspondientes al 29 de febrero de 2024 y a los que ha tenido acceso LA VOZ, revelan que, de los 577 internos varones que ya han sido condenados por la justicia y cumplen su pena en El Acebuche, la mayoría representan a internos ingresados por primera vez con un total de 394 individuos. Por otro lado, casi un tercio del total son reincidentes, es decir, 183 internos.



El grupo de edad más común entre los internos masculinos penados es el de 31 a 40 años, abarcando a 178 varones, seguido de cerca por aquellos que comprenden el grupo de edad entre 41 a 50 años, con 169 presos. Junto a esta distribución, es importante destacar que los grupos de edad que menos representación tienen son los que comprenden de 18 a 20 años y los de más de 70 años, con 6 y 7 internos respectivamente.



En cuanto a las penas impuestas, la mayoría de los internos enfrentan condenas que oscilan entre 3 meses y 3 años (247 individuos), seguidas por muy de cerca de penas que van desde 3 a 8 años (231 individuos), lo que refleja la variedad de delitos y la gravedad de las sentencias.



Mujer adulta y reincidente



Respecto a la población femenina en El Acebuche es considerablemente menor, con un total de 40 internas penadas. De estas, 26 han ingresado por primera vez, mientras que 14 son reincidentes, lo que sugiere un patrón similar al observado entre los internos varones.


El rango de edad más común entre las internas penadas es también el de 31 a 40 años, con 17 mujeres, seguido por el grupo de 41 a 50 años, que cuenta con 12 internas. Sin embargo, a diferencia de sus contrapartes masculinas, no se registran mujeres en los extremos de edad, ni entre las jóvenes de 18 a 20 años ni entre las mayores de 70 años.


En términos de condenas, la mayoría de las internas enfrentan penas que van desde 3 meses hasta 3 años (21 individuos), seguidas de penas de 3 a 8 años (13 individuos), lo que refleja una distribución similar a la de los internos masculinos.


Delitos más comunes en España

El Ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, enfatizó la importancia de una Administración penitenciaria dinámica y flexible durante su intervención en el encuentro de responsables de centros penitenciarios celebrado en Ciudad Real el pasado 11 de abril.


En su discurso, Grande-Marlaska ofreció estadísticas sobre la evolución demográfica de la población reclusa en España. Señaló que el 34,2% de los internos están encarcelados por delitos contra el patrimonio, mientras que el 17,9% lo están por delitos contra la salud pública. Además, destacó que casi el 12% de los hombres en prisión han sido condenados por violencia de género, subrayando así la urgencia de abordar esta problemática estructural.


El ministro reconoció también las dificultades en la prestación de servicios sanitarios dentro de las prisiones españolas, agradeciendo los esfuerzos de los profesionales médicos ante las carencias existentes. Explicó que se están llevando a cabo negociaciones con las comunidades autónomas para transferir las competencias de los servicios sanitarios a nivel penitenciario, reconociendo que la solución no será fácil ni instantánea.


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