La solidaridad almeriense cruza más de 10.000 km hasta Sudáfrica

Pilar Díaz ha creado una Asociación que ayuda al desarrollo profesional de las mujeres

Pilar Díaz junto a sus compañeras en uno de los viajes que ha hecho a Sudáfrica.
Pilar Díaz junto a sus compañeras en uno de los viajes que ha hecho a Sudáfrica. La Voz
Karolina Lewandowska
20:44 • 03 abr. 2024

¿A quién no le gustaría perderse por las exóticas tierras del Parque Nacional Kruger? Descubrir los rincones más impresionantes que esconde esta obra de arte de la naturaleza fue lo que llamó a Pilar Díaz, una veterinaria que alguna vez ejerció en Almería,  a realizar un viaje hasta los confines del continente africano, hasta Sudáfrica. Pero lo que empezó siendo un viaje de recreo, como otros muchos que ya había realizado esta veterinaria, se convirtió en una obra mucho más importante



“Fui a Sudáfrica por primera vez en 2019. Allí íbamos a visitar el Kruger y le pedimos a la agencia de viajes que nuestra guía fuese una mujer, y dio la casualidad que era la única mujer que trabajaba en la empresa”, recuerda Pilar Díaz. Mientras recorrían el Parque Nacional, Dominique (que es así como se llama la guía que se les asignó) puso a todas las excursionistas al día sobre la realidad del país y sobre todo, la de las mujeres.



Dificultades



Después de escuchar los testimonios de la guía, Pilar Díaz se dio cuenta de que Sudáfrica a pesar de ser el país más rico del continente, presentaba muchas desigualdades entre los entornos urbano y rural (es uno de los países con mayor índice de desigualdad), pero también entre hombres y mujeres, siendo el machismo una actitud muy perpetuada. “En ciudades como Pretoria, Johannesburgo o Ciudad del Cabo viven al modo occidental, pero en los pueblos el saneamiento, el alcantarillado, la electricidad y el agua corriente brillan por su ausencia, y las casas se construyen con materiales muy pobres”, cuenta la veterinaria. 



Además, narra que la mano de obra no cualificada recibe un salario muy inferior al que se podría esperar de un país tan desarrollado, por lo que si se trasladan a ciudades, su nivel de vida no mejoraría, y por lo tanto se ven atrapados en las villas. En este sentido, en un país dónde los hombres tienen dificultades para acceder a puestos de trabajo dignos, debido a las costumbres machistas, las mujeres corren una suerte todavía peor. 



Ideas



“Cuando hablamos con Dominique sobre la situación vimos que estaba sensibilizada con el tema de las mujeres, supimos que era la persona correcta, y por ello decidimos montar una asociación para ayudar a las mujeres a labrarse un futuro mejor. En principio nos hicimos cargo de casos puntuales, como ayudar a nuestra guía a montar su propia empresa, a otra chica le ayudamos a montar su propio salón de belleza, y a otra le estamos ayudando acceder a la universidad. Le hemos comprado un móvil con conexión a internet, porque todos los trámites se hacen a través de la web y ella ni siquiera disponía de una buena conexión con un ordenador”, dice Pilar Díaz. 



A finales de abril, la veterinaria volverá a viajar hasta el país de Nelson Mandela para extender su ayuda a más mujeres sudafricanas en el distrito de Bushbuck Bridge, donde quiere alquilar un local, establecer conexión a internet y realizar cursos de formación. “Queremos formar a las mujeres en dos ámbitos, que son los que generan más empleo que son el turismo y la agricultura, aunque esta última la queremos dotar con el concepto de sostenibilidad y concienciar a la población sobre el medio ambiente. También queremos dar a conocer lo que es la planificación familiar, porque hay niñas que tienen niños”, explica Díaz.


Cosas de reyes

La organización política de Sudáfrica en algunos aspectos resulta arcaica. Bien es cierto, que es una democracia bien instaurada y que la ley estatal está por encima de todo, pero los reyes tribales aún tienen gran influencia sobre los gobiernos provinciales, lo que en alguna ocasión le ha causado problemas a la recién nacida asociación. “No podíamos comprar un terreno para construir las infraestructuras necesarias porque eran de un rey en cuestión, se trataba más bien de una concesión, pero no era seguro”, cuenta Díaz. 


Financiación

Formar una asociación no es cosa sencilla, y menos si esta necesita una serie de recursos como ordenadores para poder desarrollar su labor. “Ahora me voy para Sudáfrica con unos cuantos ordenadores que nos han querido donar, de momento tengo que ir pidiendo”, explica Pilar Díaz, quien además de ser veterinaria es una gran fotógrafa. 

 

“En la última exposición he conseguido vender algunas fotos”, dice. Este dinero también viajará hacia Sudáfrica y se destinará a la contratación de formadoras encargadas de dar herramientas a las demás mujeres para que se desarrollen personal y profesionalmente. 


“Vamos muy poco a poco, todavía queda mucho por hacer”, concluye.


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