TSJA rebaja la condena al patrón de una patera al no encontrar “ánimo de lucro”

Consideran que el acusado aceptó “el encargo para pagarse la travesía”

Edificio del Tribunal Superior de Justicia en Granada.
Edificio del Tribunal Superior de Justicia en Granada. Europa Press
La Voz
19:17 • 08 feb. 2024

El Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) ha rebajado en 19 meses la pena de prisión a un joven argelino de 24 años condenado por patronear una patera al considerar que es "plausible" que aceptase el encargo para "pagar" su travesía hasta España, "asumiendo el mismo riesgo que los 14 ocupantes" de la embarcación y "aspirando, al igual que ellos, a una vida mejor a este lado del mundo occidental".



El tribunal estima el recurso de apelación interpuesto por la defensa del acusado y le impone tres años y seis meses de prisión por delito contra los derechos de los ciudadanos extranjeros frente a los cinco años y un mes de prisión de la Audiencia Provincial ya que aplica el tipo atenuado del subtipo agravado.



La sentencia, hecha pública este jueves, indica que el joven "es merecedor de un trato más benévolo" por parte del juzgador y argumenta que no hay "datos suficientes" de que él formara parte o fuera "miembro estable" de una organización "que estaba detrás del viaje", más allá -remarca- de su "reclutamiento puntual para patronear una patera".



Añade que tampoco hay "datos suficientes" de que lo hiciera "a cambio de dinero, salvo exención o rebaja del precio de la travesía" y subraya que los dos testigos protegidos relataron que hasta que llegaron al punto de embarque "tuvieron contacto con varias personas que les cobraron el precio y les alojaron", pero que no fue hasta que estaban en la lancha "cuando vieron por primera vez al acusado".



La sala apunta para señalar que corrió "riesgos" como el resto del pasaje que tampoco "se puede dejar de considerar" que, pese a "la relativa poca gravedad de la lesión que presentaba en el tobillo", esta le habría supuesto una "considerable limitación a la hora de ponerse a flote en caso de caer al agua o de verse obligado a nadar para escapar de la acción policial en caso de ser descubierto".



"Todas estas consideraciones abocan a considerar que la situación del acusado, en unión de las circunstancias en que se desarrolló la travesía, afortunadamente sin consecuencias reales para la salud de los pasajeros, le hacen merecedor de un trato más benévolo aunque sólo lo fuera por razones humanitarias", traslada.



Para el TSJA, se "carece de datos" como para "no dar credibilidad siquiera parcial" al joven acusado "cuando afirma que él era un inmigrante más que aspiraba, al igual que el resto, a una vida mejor a este lado del mundo occidental frente a las posibilidades que su depauperado país le ofrecía".



Subraya que el acusado "ya lo había intentado una vez" aunque se acordó su devolución y precisa que es "perfectamente plausible que la aceptación del encargo de dirigir la nave y conducirla hasta la costa de España no obedeciera a un propósito de lucro sino que fuera el precio que pagó para alcanzar la misma meta que los demás que sí tuvieron que dar dinero a los organizadores".


"Se expuso a los mismos riesgos que los pasajeros, no consta dispusiera de medidas de protección mayores o distintas que los demás ni que gozara de una posición privilegiada durante el trayecto, ni que nadie le supliera en su función de pilotar la nave para que pudiera descansar siquiera unos minutos, por lo que difícilmente su conducta puede ser igual de reprobable que las de los otros desconocidos que se lucraron con ese tráfico y se quedaron en tierra repartiéndose las ganancias", concluye.


La sala estimar el recurso de apelación en este "exclusivo" sentido y rebaja en un grado la pena de prisión correspondiente al tipo agravado "al no poder minimizar la entidad del peligro creado y no concurrir circunstancias atenuantes genéricas".


Llegada de la patera

La patera, de seis metros de eslora y 1,5 metros de manga, fue interceptada con 14 personas a bordo en la madrugada del 19 de julio de 2022 por una patrullera del Servicio Marítimo de la Guardia Civil cuando navegaba frente al litoral de Almería.


El viaje se inició en horas nocturnas, en una embarcación carente de toda medida de seguridad y de un tamaño insuficiente para transportar a las personas que allí iban, con el consiguiente riesgo para la vida de sus ocupantes. 


Las condiciones climatológicas no eran buenas, habiéndose levantado viento y oleaje en algunos momentos del viaje que provocó que el fondo de la embarcación se fracturase, entrando agua que los migrantes tenían que achicar como podían, hasta su rescate por la Guardia Civil y hundiéndose la embarcación por vía de agua. 


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