Cosentino desembarca en un viejo caserón burgués del Paseo de Almería

Abrirá un centro City tras el acuerdo de arrendamiento con la familia Santorromán Lirola

Los carteles de Cosentino ya se pueden ver en el Paseo; arriba, Manuel Mendizábal, ingeniero que habitó la casa.
Los carteles de Cosentino ya se pueden ver en el Paseo; arriba, Manuel Mendizábal, ingeniero que habitó la casa.
Manuel León
18:51 • 03 nov. 2023

En casa de Cosentino no hay cuchillo de palo: la primera multinacional almeriense que factura 1.711 millones de euros está a punto de desembarcar en el centro de su ciudad con un Cosentino City, que será el número 24 en el mundo y el cuarto en España, al alimón con Alicante y Bilbao, donde prepara también nuevas aperturas. La compañía con sede en Cantoria, que emplea a 6.000 trabajadores de 129 nacionalidades en los cinco continentes, ha llegado a un acuerdo de arrendamiento con la familia Santorromán Mendizábal (Agrobío) para instalarse en los bajos del caserón burgués del Paseo que hace esquina con la calle Navarro Rodrigo. Sin duda será un revulsivo para el centro comercial de la ciudad.



Los Cosentino City son tiendas para profesionales del diseño y la arquitectura que prestan asesoramiento especializado y donde se llevan a cabo eventos del sector. La compañía cuenta con 23 Cosentino City alrededor del mundo, tres de ellos en España -Madrid, Barcelona y Marbella (Málaga)- con el objetivo de abrir próximamente en Alicante, Bilbao y Almería. La apertura en el Paseo de Almería está prevista para 2024.



El nuevo Cosentino City almeriense se ubica en un edificio que ha sido restaurado primorosamente en un residencial con tres viviendas, algunas ya habitadas, bajo comercial y garaje conservando la fachada primitiva en la que destaca un mirador de madera noble y cristal. El diseño corresponde al estudio de arquitectura de Góngora y la construcción a la empresa Indasur.



La casona de esa manzana estuvo habitada en propiedad desde principios de siglo pasado por el matrimonio formado por José Vidal López e Isabel Rico Giménez. Él era propietario de parrales y naranjos y formaba parte de la Cámara Uvera. Ella era sobrina del senador de Antas Manuel Giménez Ramírez. Después, una parte de la casa fue heredada por una de sus hijas, Francisca Vidal Rico, casada con el hematólogo Enrique López. En la otra parte - propiedad de su otra hija Inés y de su marido Manuel Mendizábal, ingeniero agrónomo e impulsor de la Estación Experimental de Zonas Aridas- vivieron varios asistentes de la casa como la ama Amalia, la cocinera Natalia y el chófer Joaquín. La casa pasó, por último, a manos de su hija Isabel Mendizábal Vidal y de su marido José Antonio Santorromán, promotores del actual proyecto.



Por los bajos comerciales del espacioso edificio  han pasado numerosos comercios: Camisería y Perfumería Abolengo, del comerciante José Cortés Salvador, que destacaba por su cuidado escaparate; Cafetería Habana; Confecciones Fernández; Lencería Loles; Joyería Leka; La Ciénaga; y una tienda de cómic, entre otros negocios. Enfrente, donde hoy está la oficina de Cajamar, se situaba Bazar Almería y antes aún la tienda de fotografías de Luis Guerry.



Isabel Mendizábal, una de las nietas de los propietarios antiguos, aún recuerda destellos de la antigua casona en la que destacaban unos techos altos pintados con angelitos, una chimenea de mármol rosa que sobresalía en el comedor y un piano de cola que compaginaba con muebles antiguos que formaban parte d e un salón inmenso cuajado de pequeños adornos, ánforas y porcelanas. 






El futuro Paseo de Almería

El Paseo de Almería, la antigua Alameda, hasta que Orozco consiguió sacar adelante el proyecto de demolición de la muralla medieval, está siendo en los últimos años un arma arrojadiza entre los diferentes grupos políticos proponiendo diversas ideas de uso futuro. El Paseo de Almería es como la Selección Española: todos tenemos una alineación dentro; todos tenemos una idea propia de Paseo. Quizá no haya un motivo tan justificado en la ciudad para hacer un referéndum popular como el de qué hacer con el Paseo. Hasta ahora, ningún Gobierno municipal se ha  atrevido a peatonalizarlo del todo,  nadie se ha atrevido a ponerle el cascabel al gato, porque cualquier paso que se dé en el Paseo, que es como la sala de estar de la ciudad, va a tener tirios y troyanos.  Lo que no parece que contente a casi nadie es la situación actual con un carril en desuso que ni es chicha ni es limoná.



Temas relacionados

para ti

en destaque