La antigua y olvidada calle del Vergel

Fue calle principal para llegar a la Avenida de Vílches.

Calle Capitán García Andújar.
Calle Capitán García Andújar. La Voz
Eduardo de Vicente
20:20 • 14 nov. 2022

Si usted pretende buscar la calle del Capitán García Andújar no la encontrará a no ser que le pregunte a un vecino. El rótulo que anunciaba el nombre de la calle desapareció hace cuando echaron abajo las casas de los Maestros y ya no queda ningún otro cartel que la identifique. Hoy es una calle olvidada que sube paralela a la Avenida de Vílches hasta desembocar en la confluencia de la calle de las Cruces con la calle Calvario. 



Antiguamente era la calle del Vergel y tenía la vitola de calle importante porque daba acceso a la subida hacia la Plaza ade Toros desde la calle de Granada, antes de que se derribaran las viviendas que taponaban la salida hacia el sur de la Avenida de Vílches. Fue una calle importante también porque desde finales del siglo diecinueve albergó uno de los centros educativos más célebres de su tiempo, el colegio de San Juan, del profesor don Antonio Gómez Guillén, donde los niños de aquella época daban sus primeros pasos en la enseñanza y además aprendían solfeo de la mano del maestro de piano Gumersindo Resino Barriada, uno de los fundadores de la ‘Sociedad Artística Almeriense’, una asociación que se organizó en 1894 para promocionar las manifestaciones artísticas de toda índole en la ciudad.



En la calle del Vergel crecieron dos pintores importantes: Luis Cañadas y Paco Alcaraz. Fueron amigos de infancia y tanto uno como otro  estuvieron muy marcados por aquel rincón de la ciudad, por aquella calle de tierra en la que jugaban a buscar hormigas tirados en el suelo. 



Como suele ocurrir con frecuencia, para los vecinos del barrio aquella calle paralela a la Avenida de Vílches fue siempre la calle del Vergel, aunque un día le cambiaran el nombre. En diciembre de 1925 un grupo de vecinos se unió para presentar un escrito en el Ayuntamiento solicitando el cambio de nombre de la calle del Vergel. Querían que la calle homenajeara a uno de sus vecinos más queridos que había perdido la vida en la guerra de África. La petición vecinal fue tomada en cuenta por las autoridades y en la Comisión Permanente Municipal del día 17 de diciembre de 1925, presidida por el alcalde don Antonio González Egea, se acordó que la antigua calle del Vergel pasara a denominarse  calle del Capitán García Andújar. 



¿Quién era aquel militar cuya memoria quedaba grabada para siempre en una pared sobre una lápida de piedra? Se llamaba Agustín García Andújar y había nacido en el número 117 de la calle de Granada, en el año 1893. Su padre, don Francisco García Vivas, era uno de los comerciantes más reputados de la ciudad. Regentaba un gran almacén de aceite que se dedicaba a la venta al detalle y a abastecer a las otras tiendas de Almería. Era el gran mayorista y el que se encargaba de suministrar el aceite al acuartelamiento del Regimiento de la Corona. Quizá, está vinculación comercial con la institución castrense, fue la que despertó la vocación militar en Agustín, el cuarto de cinco hermanos, el menor de los varones del matrimonio entre don Francisco García y doña Asunción Andújar. 



En ese ambiente de continuo contacto con los soldados del Regimiento de la Corona por motivos comerciales, pegado a los escaparates de la armería de don Francisco Criado, en la calle de Granada, y escuchando los relatos de la guerra de cuba, pasó Agustín su infancia, hasta que con dieciocho años ingresó en la academia militar, donde llegó a alcanzar la graduación de capitán, siendo el número uno de su promoción.



Pero la brillante carrera del joven militar almeriense se vio truncada prematuramente. En la noche del 28 de octubre de 1921 el diario ABC llegaba a la Estación  con la trágica confirmación de la muerte de Agustín García Andújar, mientras defendía la plaza de Melilla. La noticia corrió como la pólvora y antes de que el periódico llegara a los quioscos, los cocheros de la Estación ya se habían encargado de transmitirla por todos los cafés del Paseo. 



El corresponsal en Melilla escribía que ya se conocían los nombres de los cadáveres de los oficiales encontrados en Monte Arruit, entre los que se encontraba nuestro paisano, el capitán García Andújar, que estaba al mando de la Tercera Compañía del cuerpo de Zapadores. 



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