Las dudas de la nueva Plaza Careaga

Los vecinos se reunieron el viernes con la concejala de Fomento para debatir el proyecto

La concejala de fomento en la reunión que mantuvo el pasado viernes con una representación de vecinos.
La concejala de fomento en la reunión que mantuvo el pasado viernes con una representación de vecinos. La Voz
Eduardo Pino
12:18 • 31 mar. 2019 / actualizado a las 12:19 • 31 mar. 2019

Los vecinos de la Plaza Careaga tuvieron la oportunidad el pasado viernes de plantear sus dudas sobre el proyecto que va a ejecutar en los próximos meses el Ayuntamiento para transformar la fisonomía de este histórico rincón de la ciudad. La concejala de Fomento, Ana Martínez Labella, explicó que se trata de la segunda fase de un plan que comenzó con la remodelación de la Plaza de Julio Alfredo Egea y la calle de Campomanes, por lo que la nueva Plaza de Careaga mantendrá la misma estética que desde hace unos meses presentan las calles mencionadas.




Una de las grandes novedades de la nueva plaza será su carácter peatonal. Desde hace años el lugar perdió su condición de refugio, de plaza recoleta, debido al aparcamiento indiscriminado de coches. Con la remodelación la plaza quedara completamente despejada de vehículos, aunque los responsables del proyecto tendrán que resolver el nuevo problema que se le plantea ahora: la accesibilidad de los vecinos. La concejala planteó la posibilidad de poner en marcha un moderno sistema de acceso de coches mediante cámaras, que permitiría a los residentes tener acceso a la plaza para cuestiones de carga y descarga.




Los vecinos plantearon también algunas discrepancias relativas a la nueva ubicación del arbolado. El proyecto contempla mantener los ocho ficus actuales, pero ubicados de forma diferente. Ahora se extienden en dos hileras separadas por un amplio espacio en medio, y después de la reforma compondrán un bloque homogéneo, pegados al costado Oeste de la plaza. El objetivo de esta nueva orientación del arbolado es dejar diáfana la fachada Este de la plaza, donde se encuentra los edificios de mayor valor histórico.




Esa gran pérgola verde que se formara con los ocho ficus y la colocación de una palmera y varias jardineras,  no convence a algunos vecinos de ese costado de la calle, que consideran que los árboles formarán una pantalla gigantesca que les tapara la visión del entorno, y debajo, en los bancos que se van a instalar, se podría crear un refugio favorable para los botellones de los fines de semana. El planteamiento de los vecinos es que se respete la actual ubicación de los ficus.




Otra de las preocupaciones de los residentes de la Plaza Careaga es la que se refiere a los ruidos: el botellón de las madrugadas y la posibilidad de que el nuevo formato de la plaza invite a colocar terrazas de bares, tal y como aparece  en uno de los bocetos del proyecto. En este sentido, la concejala de Fomento dejó claro que no se contempla la opción de que se abran negocios hosteleros en el lugar, al tratarse de una zona saturada.




Por ahora, los vecinos se han librado de la presencia de los bares en el entorno de la plaza, pero conocen de cerca el problema porque lo sufren los vecinos de la calle Real, a tan solo unos metros de la Plaza Careaga.




El proyecto de remodelación contempla también el cambio del piso. Por fin desaparecerán los incómodos adoquines, que se cambiarán por un suelo de losa. Los cambios también afectaran a la bola de luz, una de las piezas características de la plaza, que seguirá alumbrando de noche, pero que tendrá otra ubicación, más pegada a la  fachada sur de la plazuela.




Los vecinos tienen todavía varios meses de plazo para estudiar el proyecto y presentar sus dudas, ya que las obras de remodelación no empezarán antes de que termine el verano, posiblemente para finales del mes de septiembre.


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