La autopsia no encontró drogas en el cuerpo de Gabriel Cruz

Las muestras de arena del cuerpo coinciden con las tomadas en la finca y descartan un traslado

Ana Julia Quezada en la finca de Rodalquilar, en el registro del 13 de marzo
Ana Julia Quezada en la finca de Rodalquilar, en el registro del 13 de marzo La Voz
Javier Pajarón
07:00 • 21 jun. 2018

Un sumario de dos tomos y casi 2.000 folios de escuchas, seguimientos, informes periciales y declaraciones componen el enorme puzzle judicial sobre la desaparición de Gabriel Cruz el pasado 27 de febrero en Níjar. La instrucción recopila pruebas de cargo contra Ana Julia Quezada por presuntos delitos de asesinato, detención ilegal y contra la integridad moral y clarifica la secuencia de hechos en la finca de Rodalquilar, presunto escenario del crimen del niño.




En primer lugar, los informes forenses descartan la presencia de fármacos en el cuerpo del menor de ocho años y, por tanto, eliminan la tesis de un envenenamiento previo a la muerte por asfixia confesada por Ana Julia Quezada ante el magistrado instructor Rafael Soriano. El juez solicitó dos pruebas especiales para determinar una supuesta intoxicación del menor tras el hallazgo de una bolsa con ansiolíticos en el coche de la sospechosa el día de la detención en La Puebla de Vícar.




Los agentes de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil siguieron a Quezada desde la finca de Rodalquilar, donde desenterró el cuerpo de Gabriel Cruz, hasta un bloque de viviendas del municipio de Vícar. En el registro del turismo  los agentes descubrieron un número elevado de pastillas  que encendió las alarmas.




El Instituto de Toxicología de Sevilla recibió muestras biológicas remitidas desde Almería, como adelantó LA VOZ DE ALMERÍA el pasado 19 de marzo. Los análisis resultaron negativos. Sin embargo, el instructor caminó con pies de plomo y añadió a las diligencias un estudio del cabello del pequeño Gabriel Cruz en el Instituto de Toxicología de Madrid. Los análisis también descartaron el envenenamiento y, en cierto modo, simplificaron la secuencia de hechos en Las Hortichuelas (lugar de la desaparición) y en Rodalquilar (presunto lugar del crimen).



La tierra de la finca
Además, el sumario elimina la hipótesis de un traslado del cuerpo del chico, según información del procedimiento a la que ha tenido acceso LA VOZ DE ALMERÍA. La clave está en la arena. Los agentes de la Guardia Civil descubrieron el cadáver de Gabriel Cruz en el maletero del turismo de Ana Julia Quezada en La Puebla de Vícar. El pequeño estaba cubierto de lodo, entre unas mantas.




Los expertos en criminalística tomaron una muestra de la arena y la cotejaron con la existente en el patio de la finca familiar de Rodalquilar donde la sospechosa había enterrado el cuerpo el 27 de febrero. Ambas coincidían. Este elemento es muy importante para la reconstrucción de hechos y sitúa el escenario del crimen en la misma finca en todo momento.  Según el auto del magistrado Rafael Soriano, Ana Julia Quezada trazó un “macabro plan criminal” para acabar con la vida del niño de ocho años, lo llevó hasta la finca “mediante engaño o promesa” y luego lo asfixió supuestamente entre las 15 y las 17 horas de aquel martes del mes de febrero.




Presuntamente, desnudó el cuerpo del menor en una habitación y enterró el cadáver en un hoyo cavado entre piedras decorativas y tierra, junto a una pequeña balsa en el patio del inmueble. Luego se quedó pintando para montar una coartada sobre su presencia en la propiedad. La investigación coloca toda la secuencia en Rodalquilar y descarta un posible traslado del cuerpo hasta el 11 de marzo, cuando cercada por las batidas y presionada por los señuelos lanzados por la Benemérita, decidió retirar el cadáver de Gabriel.




La Guardia Civil captó imágenes durante las labores para desenterrar los restos mortales del niño (sobre las diez de la mañana) y su introducción en el maletero con una toalla. El vehículo estaba microfonado por los investigadores con el visto bueno del juez instructor. Ana Julia Quezada de 44 años de edad tomó rumbo hacia su casa en Vícar pero, en lugar de encarar la ruta lógica por la Autovía del Mediterráneo, bordeó la costa hasta la capital.


Las grabaciones captaron su intención de arrojar el cuerpo a un invernadero en la zona de Retamar (Almería), frenada por la posible presencia de vecinos en los alrededores. Llegó a pasar por delante de la Comandancia de la Guardia Civil y, finalmente, llegó a La Puebla de Vícar donde fue capturada antes de entrar en el garaje de un bloque de viviendas.


El sumario no ofrece detalles datos concluyentes sobre las intenciones de Ana Julia Quezada para el cadáver de Gabriel Cruz, aunque recopila un buen número de pruebas de cargo  contra la ex pareja de Ángel Cruz.


¿Qué contienen los 17 folios secretos?

El titular del Juzgado de Instrucción número Cinco de Almería, el magistrado Rafael Soriano, ha levantado el secreto sobre el grueso del sumario del Caso Gabriel Cruz.  Las partes tienen acceso por primera vez a los informes forenses, a las diligencias de la Policía Judicial de la Guardia Civil y a las declaraciones de Ana Julia Quezada, presunta asesina del niño.  La información está contenida en dos tomos.


Sin embargo, el juez mantiene la protección a 17 folios del sumario, según el auto dictado el martes y comunicado durante la jornada del miércoles. Los documentos pertenecen a dos secciones del sumario (no consecutivas). Además, el magistrado también conserva el secreto sobre nuevas diligencias encargadas a la Policía Judicial de la Guardia Civil y que deben completar la fase de instrucción. Las partes personadas tienen un plazo de 20 días para pedir nuevas diligencias.


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