José Madrid: “Escuché un disparo y me tiré del vehículo en marcha”

En su pecho cuelga la Insignia de Reconocimiento Civil a las Víctimas del Terrorismo

El comisario Adolfo Castaño y José Madrid.
El comisario Adolfo Castaño y José Madrid.
Javier Pajarón
01:00 • 08 oct. 2016

José Madrid (Alhama de Almería, 1957) recibió el pasado martes la condecoración negada durante 35 años. En su pecho cuelga la Insignia de Reconocimiento Civil a las Víctimas del Terrorismo, acompañada de dos cruces blancas, tres cruces de dedicación profesional y dos distintivos por su permanencia en el País Vasco en los momentos más sanguinarios de ETA... como aquel 9 de abril de 1981.




“Estaba destinado en la Reserva General con base en Granada y nos destacaron un mes en Bilbao”, recuerda José Madrid. “Salíamos cada mañana del cuartel de Basauri con un itinerario que nos daban en un sobre cerrado y nos dirigimos a una de las entradas del túnel de Begoña para hacer un servicio en la zona, entonces escuché un disparo y me tiré del vehículo en marcha”, describe el agente de la Comisaría Provincial de Almería.




“Me habían dicho que siempre había un disparo inicial, luego un ametrallamiento y luego un disparo final, y yo lo tenía muy interiorizado, así que no lo dudé, me tiré de la patrulla a unos 30 ó 40 kilómetros por hora, solté una ráfaga de disparos al aire y rodé hasta unas escaleras donde me protegí y traté de guardar munición”, explica. “Como el objetivo era el coche y estábamos entre dos luces (amanecer) los terroristas no me vieron y pude esconderme”.
Mientras, sus compañeros se refugiaban entre el vehículo y una pared cercana al túnel. El terreno se convirtió en un habitación sin salidas. Desde arriba, los etarras atacaban con metralletas. 




Desangrado
Dos policías recibieron impactos de fragmentos de proyectil rebotados de la piedra y un tercero, Francisco Francés Garzón, sevillano de 29 años de edad, un balazo directo a la ingle. “Le partió la femoral, ni siquiera pudimos hacerle un torniquete”, lamenta el agente almeriense. “Sólo me dijo: ‘Madrid, ya no te hablo más’ y murió desangrado antes de llegar al hospital”.




Los terroristas habían secuestrado a un ciudadano para robarle su coche unas horas antes. Se apostaron a la entrada del túnel de Begoña ocultos entre la maleza, en la parte alta, y esperaron a la aparición de la patrulla de la Policía Nacional donde un joven veinteañero almeriense vigilaba la retaguardia.  “Pasó aproximadamente un minuto entre el primer disparo y el último, pero me parecía una eternidad”, rememora José Madrid. “Luego encontraron unos 50 ó 60 casquillos repartidos en cuatro posiciones”.




El policia de Alhama de Almería recuerda con naturalidad el servicio en el País Vasco en aquellos años y habla con un enorme cariño de sus compañeros. De los que están y de los que perdieron la vida a manos de los terroristas. Por eso siente la condecoración como un homenaje personal y, a la vez, un reconocimiento a la labor de los agentes. “Éramos jóvenes, pero si tuviera que ir hoy al País Vasco con aquellas circunstancias diría que no”, afirma con firmeza. “Nos daba miedo escuchar en el transistor que llevábamos la musiquilla de la Cadena Ser porque sabíamos que ya habían matado a otro compañero”.




Actualmente Madrid afronta la recta final de su carrera. Entró en la Policía Nacional con apenas 21 años en busca de salidas profesionales, después de terminar los estudios y pelearse  en varias ocasiones con aquella asignatura de Lengua en el IES Alhadra.  Ahora se ocupa de la estadística de la Policía Judicial en la Comisaría de Almería y  lleva a gala el uniforme. Sus medallas. Y sus experiencias.





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