La empatía y la línea azul

Era la primera vez que iba a un balneario y estaba ilusionada. Me hospedé en una habitación mirando al sur, así pude disfrutar de las vistas del oasis de palmeras repletas de dátiles que bajan por el valle camino del mar. Por la tarde me bañé en una alberca de baños termales y para el día siguiente contraté un servicio de tratamientos con fango y masajes, pero el masajista no se presentó. En el balneario me dieron múltiples excusas, sin ninguna consideración al cliente. 

Lo que no me defraudó fue la charla que dio Alberto Gómez Uriol sobre su próximo documental, “El peso de la ausencia”, producido por La línea azul y basado en la muerte de su hermana a manos de su exmarido. 

La pared del fondo acogía como una gran pantalla la fotografía del cartel con la imagen de su hermana y su hijo pequeño, sentados en la arena, uno enfrente del otro, mirándose. Mari Carmen con un trozo de bocadillo en la mano mira a su hijo con ternura. Su pelo largo, moreno, con la raya en medio, vestida de vaqueros, y esa expresión de amor en su rostro, le confieren a la escena una naturalidad y actualidad tremendas. 

Quién diría que se trataba de principios de los setenta. Mari Carmen es joven, moderna, valiente, una mujer que decide liberarse de su maltratador y para eso presenta una demanda de separación en unos tiempos en los que no existía el divorcio y debe de probar alguna causa de separación. Lo consigue pero su verdugo está al acecho y le dispara varios tiros con su pistola de policía. 

La sensibilidad de Alberto explicándonos el dolor de su corazón se expandió por la sala. El silencio impuesto por su familia, como un escudo ante la tragedia, era como establecer que no existe aquello de lo que no se habla. 

Pero Meryl Streep habló en Oviedo de la empatía y de lo importante que es escuchar.