Matar a un ruiseñor (y II)

Los negros se han quedado en blanco en la provincia de Almería

Pape Diouf, candidato de Izquierda Unida en La Mojonera.
Pape Diouf, candidato de Izquierda Unida en La Mojonera.
Manuel León
20:34 • 21 jun. 2023

Los negros se han quedado en blanco en Almería. A pesar de que ya hay negros en Almería de segunda generación, (casi) tan almerienses como los Cassinello, sigue sin haber ningún negro concejal ni alcalde en la provincia. Los negros siguen a lo suyo, cosechando pimientos o vendiendo camisetas en el Paseo Marítimo. Tampoco hay ningún moro, empadronado en Almería, concejal ni alcalde, ni ningún chino. Quizá no quieran o no se les invite. En los tiempos del postureo interacial de la 'gauche divine', resulta que de los 1.015 concejales que gobernarán los 103 pueblos desde Pulpí a Adra, ninguno es negro, ni magrebí, ni amarillo.  No se ha visto a ningún partido ni de izquierdas ni de derechas de Almería incluir a un negro en sus listas (con posibilidades de salir de teniente de alcalde no de comparsa), solo la excepción  que confirma la regla, como elemento exótico, del senegalés Pape Diouf, con IU de La Mojonera, el pueblo con una tasa de africanos del 30%, la mayor de España. Parece que ocurre como en esos mítines en los que detrás del candidato colocan un arco iris de distintas razas de chavales para que todo quede muy mestizo cuando conecte el Telediario. Desde Darwin no hemos avanzado nada. Seguimos igual que en el siglo XIX en Almería, en España. EEUU -que no es ejemplo de casi nada- ha tenido un presidente negro, Inglaterra tiene un primer ministro de origen hindú.



El 20% de la población almeriense es de origen extranjero, pero no se sienta ninguno -a lo sumo algún inglés- ni por la ley de la probabilidad, en los escaños municipales. En la provincia, según el INE, hay empadronados 61.000 marroquíes, 20.000 africanos no magrebíes, 10.000 gitanos, 1.300 chinos, buena parte de ellos nacidos en Torrecárdenas y tan almerienses de hecho y de derecho como David Bisbal. Quizá no quieran otra cosa que seguir así, sin romper su techo de cristal. En Almería parece improbable aún -como si estuviéramos en un campo de algodón- que un negro pueda ser director de un banco o presidente de la Cámara de Comercio o rector de la Universidad o canónigo de la Catedral, ni siquiera presidente de su comunidad de vecinos ¿acaso conocen alguno?, pero conviene no olvidar que Roquetas, El ejido o Níjar son grandes -se han hecho grandes- también gracias a sus manos, manos trabajadoras, leales, en la mayoría de los casos. Hay mucho que mejorar aún en esta provincia tan invertebrada como aquella España de Ortega y Gasset. No son tan invisibles como para que sigamos sin (querer) ver a todos estos negros que están ahí, delante nuestra, y que respiran el mismo aire que nosotros. 









Temas relacionados

para ti

en destaque