Mordiendo tristezas

Derrochamos luces mientras vecinos de capitales de provincia ni tienen luz en sus calles

Emilio Sánchez de Amo
09:00 • 24 dic. 2022

Escribió Neruda en su poema ‘Barrio sin luz’: “¿Se va la poesía de las cosas / o no la puede condensar mi vida?” Mostraba su visión de las cosas por su estado de tristeza que le llevaba a percibirlas con una mirada gris, sin luz, apagada. No lo vieron así María y José al migrar, como muchos migrantes hoy buscando luz más allá de sus raíces. Aquellos encontraron ayuda, aunque fuera en un establo, éstos no siempre la encuentran. Muchos perecen en el intento, otros son señalados, explotados y maltratados por indeseables que, muchas veces, se dicen seguidores de aquel niño hijo de migrantes, e incluso hoy festejan su nacimiento, pero mañana lo crucificarán con cada desprecio al diferente o a quién puede hacerles sombra, como Herodes, quien ordenó sacrificar niños para asegurarse de acabar con un nuevo rey.



Hoy tenemos Herodes que matan niños, como mataron abuelos, negándoles luz y calefacción, como en Cañada Real (Madrid). Soportamos Herodes que cortan cabezas a modo de libertades y acallan la voz del pueblo representado en sus instituciones, como si añoraran el régimen preconstitucional.



Dicen que tal día como hoy una gran estrella se paró sobre aquel establo, indicando dónde nacía la luz del Mundo. Hoy festejamos con grandes cosas y son muchas las luces repartidas en las ciudades, pero olvidamos la más importante, aquella y lo que representa; y derrochamos luces mientras vecinos de capitales de provincia, como Almería, ni tienen luz en sus calles.



Casi finalizaba Neruda: “Y aquí estoy yo, brotado entre las ruinas, mordiendo solo todas las tristezas,” Pues en nuestras manos está que sigamos mordiendo tristezas o nos rebelemos contra los golpistas y la injusticia.







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