Bajo coste, alto morro

La condición costera de la provincia de Almería propició la constante presencia de piratas, lo que obligó a construir baluartes que protegieran a la población de sus incursiones. Véase, por ejemplo, la catedral. Hago la referencia histórica para situar el escaso aprecio que se ha tenido en Almería por los piratas, que no eran unos simpáticos espadachines de película sino unos sujetos de lo menos recomendable que sólo merecían arcabuz y soga. Cambian los tiempos pero no el interés por el saqueo, entendido como un estilo de vida para los sinvergüenzas de toda la vida. Ahora llegan en forma de compañía aérea de bajo coste y alto morro que proponen unilateralmente la creación de líneas a cambio, eso sí, de que las administraciones les larguen generosas subvenciones. Ryanair, esa compañía que debería cambiar su logotipo de la lira irlandesa por una calavera y dos tibias cruzadas, se plantó en Diputación y dijo que iba a abrir una línea Almería-Liverpool, pero que para empezar a hablar había que soltar 200.000 €. Naturalmente, en la Diputación les han mandado a esparragar con viento de cola, porque ni son formas, ni son números. A nadie sorprende que esta gente actúe así. Lo que sí sorprende es que el grupo del PSOE haya mostrado malestar, no por tan descarado chantaje, sino por el dedo que ha mostrado la puerta a estos caraduras. Desde luego, si el modelo de gestión que proponen es la aceptación de la extorsión y el descontrol del gasto, se entiende no sólo el estado de cuentas que dejaron en Diputación, sino también otras aventuras empresariales de altos vuelos como Air Andalus, esa pedazo de línea aérea que tan bien gestionaron.