La irrupción de Aznar

La política es el dudoso arte de liar las cosas siempre y cuando se infiera beneficio propio

Fermín Bocos
07:00 • 01 feb. 2022 / actualizado a las 08:59 • 01 feb. 2022

Qué tiempos estos en los que se convierte en noticia hasta lo qué por ser evidente, no debería llamar la atención. Pero la política es el dudoso arte de liar las cosas siempre y cuando en el lío se infiera beneficio propio o perjuicio para el adversario.


Viene este exordio a cuenta de lo dicho por el ex presidente del Gobierno José María Aznar en el transcurso de un mitin celebrado en Valladolid en apoyo del candidato popular Alfonso Fernández Mañueco. Aznar recomendó al candidato “Construir, integrar, no fraccionar” porque -según dijo- “lo importante en un gran líder es ser capaz de rodearse de los mejores, sin reservas, tenerlos a su lado, sumar activos”.


¿Estaba hablando en Valladolid pero mirando a Génova como así fue interpretado por el propio Pablo Casado? Algo de eso hay porque en otro de los pasajes de su intervención en el mitin solo le faltó incluir el nombre del destinatario. Me refiero a cuando dijo -y analizado en frío no parece un decir insensato- que oía decir que: “Hay que ganar para que llegue no sé quien a La Moncloa... Oiga ,la pregunta es, ¿y para hacer qué? Se gana para construir”. Pablo Casado, de campaña también por tierras castellanoleonesas, se dio por aludido y recordó que en el PP que preside tiene un programa cuyas medidas explicitó en el mitin que se celebró en Valencia el pasado mes de octubre.



A la vista de la polvareda que han levantado sus palabras, en una entrevista en la COPE, Aznar ha reiterado lo que había dicho en Valladolid pero dando a entender que, al hablar de división, más que pensar en los recelos y pulsos entre la dirección nacional del partido y la presidenta de Madrid Isabel Díaz Ayuso estaba apuntado a Vox. El partido situado a la derecha del PP al que en los comicios del próximo día 13 los sondeos de intención de voto otorgan un número de escaños suficientes como para condicionar la gobernación de la región alejando al PP de la mayoría que a Mañueco le permitiría gobernar en solitario.


Visto que tras las palabras de Aznar a varios dirigentes socialistas -Lastra, Tudanca- les faltó tiempo para incorporarlas a sus argumentos de campaña interpretando que había cuestionado el liderazgo de Casado, la irrupción del ex presidente ha conseguido lo contrario de lo que parecía aportar. ¿Por qué? Pues porque en política, lo que parece, es.





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