La resaca de la moción

Victoria Lafora
07:00 • 25 oct. 2020

Mientras los partidos políticos digieren la resaca que provocó Casado, consiguiendo dar la vuelta a una moción de censura de la que él era la víctima anunciada, la pandemia avanza imparable. Tan graves son los datos, tan insoportables las cifras de muertos, que hasta Cataluña solicita al Gobierno declarar de nuevo el estado de alarma.

Porque ha costado que miles de personas comiencen a saturar los hospitales, para que los presidentes autonómicos, que con tanto ahínco como ineficacia, reclamaban el “déjenme a mí que puedo solo”, soliciten amparo legislativo. 


Los dirigentes populares autonómicos, que iban cada uno por su lado, han encontrado en el nuevo rumbo centrista, marcado por Casado en el Congreso. Bueno, todos no, porque Ayuso sigue a su aire.



Sánchez ha apurado el tiempo hasta el final porque la experiencia del confinamiento de la primavera, la necesidad de solicitar prórrogas cada quince días, la búsqueda de apoyos a veces en el último minuto, no es lo que más le gusta de ser presidente del Gobierno. Bien es cierto que la derecha de la Cámara y los independentistas convirtieron al coronavirus en un arma para hacer oposición política.


Por eso hay que aprovechar la resaca de la moción para tomar medidas efectivas que bajen la curva de contagios y nos saquen de la vergüenza de ser el país con peores datos de Europa.  Pero cerrar la noche no será suficiente. Mientras no se haga seguimiento de los contagios, mientras no se les hagan pruebas PCR a los contactos de los contagiados, mientras se mande a trabajar a positivos tras diez días en su casa sin comprobar si lo siguen siendo, no se aplanará la curva. Lo que hacen falta son medios: más enfermeras, más médicos, descargar los saturados centros de salud, más pruebas, más rastreadores que comprueben el cumplimiento de los confinamientos... pero de esto nadie habla.



Resulta bastante insólito que los responsables políticos reclamen sentido de la responsabilidad a la ciudadanía, mientras ellos se pelean y aplican medidas contradictorias, ineficaces, y a cada autonomía, e incluso a cada pueblo, una distinta.


Restrinjan movilidad pero, por favor, aporten fondos a la Sanidad. Sean eficaces.




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