¿Y cómo va lo de la Tarifa Alcazaba?

Les supongo enterados de las frecuentes averías y retrasos por problemas mecánicos que está experimentando en las últimas semanas la conexión ferroviaria Almería-Madrid. El nivel del fastidio y el descontento ha llegado a tal punto que hasta el mismísimo Subdelegado del Gobierno, el socialista Manuel de la Fuente, ha montado en cólera (que ese sí que es un medio de transporte que nunca falla) y ha dicho bien claro que esta plaga de averías en los trenes de Almería es in-to-le-ra-ble. Así, silabeando el malestar sin torcer el gesto, igual que Clint Eastwood vaciaba sin pestañear el tambor de su revólver en las ramblas de Tabernas. 

Y es que lo de los trenes de Almería empieza ya a tener altura y dimensión de género: la historia-saga de una afrenta infame, sostenida en el tiempo durante demasiadas décadas. La pena de ese este clamor ciudadano es que tropezó en su día con la mala suerte de la apropiación ética que del mismo hizo el Partido Socialista, que ensambló mesas de beneficio electoral y movilizó por todos los medios a su nómina de extras, con el único resultado tangible de jibarizar un impulso que, en condiciones normales, debía habernos unido a todos los almerienses por encima y por debajo de las siglas. 

Del bochornoso uso partidista que el PSOE viene haciendo de esta carencia estratégica da buena cuenta el manto de silencio y olvido que los socialistas mantienen ahora sobre su exigencia de una llamada “Tarifa Alcazaba” -presentada en abril de 2018 por la cúpula del PSOE almeriense al gobierno que entonces ostentaba el popular Mariano Rajoy, y que fue convenientemente altavoceada por su mobiliario auxiliar- demandando rebajas en los billetes de tren y avión para los almerienses hasta la llegada del AVE. ¿Han vuelto a escuchar ustedes a algún socialista almeriense hablando del tema? ¿Ha dicho algo su famosa Mesa de la Conveniencia? ¿Han mejorado los trenes ahora que gobiernan ellas y ellos? Supongo que ese silencio también será algo in-to-le-ra-ble.