El Almería ratifica su gran final con el Girona

El Almería ratifica su gran final con el Girona

Miguel del Pino
22:26 • 02 jun. 2013

En el momento culminante de la temporada, cuando llega la hora  de la verdad y los puntos saben a gloria, el Almería está completando su mejor racha de resultados y ayer lograba su quinta victoria consecutiva que le da matemáticamente y en propiedad la tercera plaza de la Liga Adelante y deja la espadas en todo lo alto para el encuentro del próximo sábado en el Madrigal. Almería y Girona han venido mostrando a lo largo de la temporada que son más equipos cuanto más lejos de su área juegan. Cerca de ellas pasan demasiadas cosas, una desatención, un mal despeje, una imprecisión, algo.


Y así llegaron los dos primeros goles. Cuando muchos de los espectadores aún no se habían ubicado porque se jugaba el minuto 1 llegaba el primero de la tarde. Jugada por la banda izquierda, Christian que busca y encuentra a Charles, los centrales que le conceden medio metro de espacio al brasileño y remate mortal del crack rojiblanco, tras controlar con el pecho. Con un delantero que vale su peso en oro para su equipo y para sus compañeros porque es capaz de recoger una castaña del cielo, el centro de Christian no lo era, bajarla y colocarla entre los tres palos con precisión y contundencia, todo parece más fácil.


Era el comienzo deseado para los locales y el más temido por los visitantes. A partir de este momento el plan del Almería tenía que ver con la paciencia, con la construcción eficaz de su defensa y a partir de ahí buscarle las cosquillas a los defensores catalanes a la contra. Los gerundenses quedan tocados y su atontamiento pudo costarles el segundo si Christian hubiera visto el desmarque de Charles en lugar disparar desde demasiado lejos. Poco a poco reacciona el conjunto visitante que busca de manera obsesiva a Felipe Sanchón, el futbolista que Rubi había colocado por detrás de los centrales, que además se encontraba desde el minuto seis con la ventaja de que su vigilante Verza ya estaba amonestado. Los visitantes movían bien el balón, pero su potencia ofensivo se veía neutralizado. A partir del minuto 20 los dos equipos intensifican su ofensiva. Acuña no aprovecha un mal despeje y manda fuera a dos metros de meta, responde el Almería con varios disparos sucesivos a la salida de su primer córner y casi sin solución de continuidad el tanto de Acuña nacido de la falta de contundencia de la defensa local.
Antes del descanso pudo adelantarse en el marcador por medio de un disparo de Corona desde fuera del área que se encontró con la oposición del larguero. sin más sobresaltos se llegó al intermedio.




En la reanudación se reclama un penalti por mano de José y en el 51 el minuto de la discordia que pudo cambiar el signo del encuentro. Falta a Soriano no señalada en el centro del campo, balón al hueco para Acuña, entrada de Trujillo dentro del área, sigue el juego saca Esteban y Charles, solo, no acierta. Los jugadores visitante reclamaron la pena máxima y la consiguiente expulsión de Trujillo por ocasión manifiesta de gol.


Poco a poco el cansancio hace mella en los jugadores de los dos equipos. El Girona parece dar por bueno el empate con continuas pérdidas de tiempo y el Almería decide nadar y guardar la ropa. Ni uno ni otro le pierde la cara a los porteros  contrarios, pero ambos viven sin grandes inquietudes la tarde. Rebasado el ecuador queda claro que la pólvora de mejor calidad llevaba la divisa blanquirroja. Los de Rubí sólo se acercaban con disparos lejanos. Charles pudo hacer el 2-1 tras una jugada de filigrana de Mejía. Pero a falta de un minuto para la conclusión Charles acudió al rescate, escuchó la llamada de la providencia y realizó otra obra maestra con la complicidad de Jonathan. El burkinés centro al segundo palo y el brasileño se elevó majestuoso al cielo almeriense, impacto el cuero con su bien amueblada testa, marcó los tiempos con la maestría de Curro Romero en sus mejores tardes y mandó el esférico a la jaula de Becerra, sin que éste pudiera hacer nada por detener un balón que entró junto a la cepa del palo derecho. El Mediterráneo se volvió loco, la explosión de júbilo fue de las que hacen época y Almería comenzó a soñar con las opciones de su equipo de llegar a la élite. ¡Si se puede!






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