La otra cara de Manuel F. Cortés: entre el fonendo y la guitarra

Este veterinario almeriense es un apasionado de la guitarra

Manuel Francisco Cortés, veterinario y amante de la guitarra.
Manuel Francisco Cortés, veterinario y amante de la guitarra. La Voz
José Ángel Pérez
19:48 • 14 abr. 2024

Este veterinario almeriense nació un 26 de octubre del pasado siglo en el número 1 de la calle del Pintor Rosales. Heredero de notables raíces artísticas, es primo del incombustible músico Chipo Martínez y la desaparecida poetisa Pura López. Tras su paso de escolar por el colegio Obispo Diego Ventaja y superar el bachillerato, emigró a Córdoba para estudiar Veterinaria, aunque antes, de adolescente, vivió de cerca ‘el purgatorio’ de Campillos en Málaga donde cursó estudios años después, el juez Calatayud o el cantante Bertín Osborne. Y ya con la orla de Veterinario, Manuel F. Cortés lleva una vida entre perros, gatos o canarios, algo así como 34 años ejerciendo su profesión, aunque teniendo tiempo para navegar como patrón de embarcaciones de recreo, publicar el poemario ‘Camino del Alba’, tener un canal en YouTube e incluso dar clases particulares de guitarra, su gran pasión.



¿Cuándo supo que la guitarra formaría parte de su otro yo?



Con 8 o 9 años, en casa de un vecino al que sus padres le habían regalado una guitarra y lo habían “apuntado” a dar clases con el maestro Richoli. El instrumento me intrigó, a pesar de estar dando clases de piano con doña María Llamas en la calle de la Reina. A raíz de esa visita, la guitarra se convirtió en poco tiempo en mi juguete preferido.



Pero su primer paso fue ya en el instituto.



Fui conociendo chavales interesados también por la música y de la noche a la mañana me vi tocando en un programa de radio que se hacía en los estudios de Plataforma de la calle San Leonardo y al poco tiempo estaba ante el público con el dúo Sonnor actuando de teloneros en el Teatro Cervantes junto a numerosos artistas locales, entre ellos el maestro Pepe Sorroche.



Y llegó al ‘estrellato’ con la Orquesta Domínguez.



No diría yo tanto, fue una corta época en la que colaboré con ellos. Era un magnífico grupo de jazz. Me propusieron tocar moviéndonos en los locales de moda, como en el mítico Pub Georgia del recordado Serafín Cid, y con instrumentistas de un enorme nivel, entre ellos el baterista Lito Vergara.



Pero la decisión final de apostar por la guitarra la tomó ya matriculado en la Facultad de Veterinaria de Córdoba.

Sí, al poco tiempo de llegar a Córdoba descubrí casualmente el Conservatorio y me convertí en alumno de la promoción de la primera cátedra de guitarra flamenca de la historia y allí estuve cuatro años alternando mi formación artística con los estudios en la Facultad, pero ya después del primer año del grado superior, tuve que dejarlo y continuar con lo que ha sido y es mi profesión.


Pero el veneno de la música ya estaba inoculado.

Al final de esta etapa estudiantil grabé un disco con la Tuna de Veterinaria en el estudio Sonosur de Montilla, y estuve haciendo talleres de guitarra con Tomatito, Manolo Sanlúcar, Manolo Franco, José Antonio Rodríguez, Juan Manuel Cañizares, Paco Serrano, El Niño de Pura, Antonio de Quero y Paco Cortés, entre los que recuerdo.


Le supongo rodeado de mascotas. ¿Me equivoco?

Sí, se equivoca, las atiendo de una en una con cita previa. Es mejor para todos.


¿Por qué decidió hacerse médico de animales?

En mi familia siempre ha habido sanitarios y cuando llegó el momento de escoger carrera, me planteé el ejercicio clínico sobre otro tipo de ‘pacientes’ y no me equivoqué.


¿Hay algo en su profesión que le guste más?

Hombre, me gusta todo, aunque me quedo con la cirugía.


¿Cuál es el animal más difícil de diagnosticar? ¿Y el más raro que ha tratado?

El animal más difícil de diagnosticar es el que tiene un dueño que pretende ocultarte la verdad sobre el padecimiento que sufre su mascota, pero al final casi siempre se termina encontrando el origen del problema. Y el menos usual con el que he tratado, por lo menos por estas latitudes, fue un avestruz, a la que curé de una conjuntivitis.


Para operar, ¿qué utiliza? ¿Anestesia o le toca un taranto al animal para dormirlo?

Depende del caso, jeje.


Entiendo. Hablando de la guitarra, ¿es más de Tomatito o de Andrés Segovia?

Indudablemente son dos maestros, pero Tomatito nunca le ha faltado el respeto a ningún músico; Andrés Segovia, sí.


Me va decir que no, pero...  ¿hay algún animal que le dé un cierto miedo o cierto repelús?

Por supuesto que sí, hay algunos animales que me dan bastante miedo y bastante repelús, pero no los puedo tratar porque entonces el Colegio de Médicos me denunciaría por intrusismo.


Los animales exóticos están cada día más de moda. ¿Cuáles no deberíamos tener en las casas?

Llevaría bastante tiempo contestar a esta pregunta. En mi opinión, prácticamente ninguno, pero, sobre todo, cualquier animal que implique un riesgo de salud para su propietario y/o familia y cualquiera que sea sacado de su entorno natural sin un motivo justificado.


¿Es cierto o es una simple leyenda que la salud mental mejora teniendo una mascota?

Sí, es cierto. Aunque también habría que matizar más detenidamente esa respuesta. No olvide que también existe el Síndrome de Noé.


¿Por qué hay tanto abandono de animales?

Porque en este, como en tantos otros ámbitos de la vida, no se educa adecuadamente a los potenciales tenedores de animales.


En una situación de emergencia, ¿ha llegado a suplir en algún momento a un médico?

No, en ese sentido he tenido suerte, pero sí me han pedido opinión médica alguna vez que otra...


¿Usted se ve dando un concierto de guitarra mano a mano con su primo Chipo Martínez Cortés?

Por supuesto que no. Chipo es un maestro consagrado con un nivel artístico muy importante y yo soy un simple aficionado con más voluntad que talento... De todas formas, a lo que sí me atrevería es a tocar un villancico con él. Quizás la próxima Nochebuena... No lo descarto.


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