El humor de Faemino y Cansado es una radiografía de lo humano

La risa llena los teatros. El humor arrasa en las taquillas siempre que el desencadenante es el talento. Así, Faemino y Cansado abarrotaron el Auditorio al que llegaron armados hasta los dientes de ingenio en los textos y maestría en la interpretación. Llegaron con el rastro que dejan varias décadas de carcajadas de un público exigente como el que han consolidado después de tantos años de trabajo. 

El II Festival Nacional de Comedia de Almería que organiza la Concejalía de Cultura de Almería con la colaboración de Kuver Producciones no podía arrancar con mejor viento a favor. Faemino y Cansado ocupan un lugar privilegiado en la historia del humor español, tomando, en cierta medida, el relevo honorífico de los inolvidables Tip y Coll.  Al igual que Luis Sánchez Polack y José Luis Coll, Carlos Faemino y Javier Cansado consiguen que el absurdo exponga ante el respetable algunas claves de la condición humana. 

Son capaces de convertir el escenario en un escáner de la sociedad, elevando la profesión de cómico a un espacio que se confunde con la esencia del teatro. Por todo esto y por un inquebrantable cariño de su extenso público, fueron recibidos con una larguísima ovación que ellos supieron conectar con el comienzo del espectáculo como lo que son, dos dominadores de las tablas.

El espectáculo ’17 veces’ consta de dos partes separadas por un interludio sin solución de continuidad en el que cada uno de ellos ofrece una breve intervención. En el primer movimiento de este concierto de humor inteligente, Faemino y Cansado hablan de sí mismo en su condición de cómicos, enhebrando una situación vital con la siguiente como si sus biografías personales fuesen, en sí mismas, pura comedia. Algo así como un ejercicio de metalenguaje sobre si mismos que consiguen desatar la hilaridad.

Recibieron lo suyo los animalistas, los entusiastas de la inteligencia emocional y los incondicionales de ‘El Rey León’. Hubo golpes de ingenio para los consumidores de tofu y para quienes abusan en vano de palabras como “sostenibilidad” o “solidaridad”. Irónicos coscorrones imaginarios para quienes creen en no se sabe qué dioses y para los que tratan de buscar en el pasado una explicación insostenible para la estupidez del presente.

Desde que comienza este espectáculo hasta la ovación final, Faemino y Cansado encadenan historias y testimonios que se solapan, se entrelazan y acaban por estallar en carcajadas.