“Actuar en Rodalquilar en el silencio de una noche de verano es un privilegio”

Alberto San Juan y La Banda cierran este sábado Clásicos en el Parque con ‘Lorca en Nueva York’

Alberto San Juan presta su voz a la prosa y la poesía de Lorca. Foto: Teatro del Barrio
Alberto San Juan presta su voz a la prosa y la poesía de Lorca. Foto: Teatro del Barrio
Evaristo Martínez
19:48 • 28 jul. 2023

El festival Clásicos en el Parque despide esta noche en Rodalquilar (22 horas) su vigésima edición con ‘Lorca en Nueva York’, una propuesta dirigida y protagonizada por Alberto San Juan (Madrid, 1968). El actor, ganador de dos Goya y cofundador de la compañía teatral Animalario, presta su voz a la del granadino en un feliz encuentro entre prosa, poesía y el jazz de los años 30 gracias a La Banda (Claudio de Casas, guitarra; Pablo Navarro; contrabajo; Gabriel Marijuan; batería; y Miguel Malla, saxo y clarinete).



‘Lorca en Nueva York’ nace en Cabo de Gata y ahora lo presenta aquí. 



Sí, la primera vez fue una lectura en la Casa Rural La Datilera [Boca de los Frailes] en una actividad de la asociación cultural Estelas en la Mar. Ahí estaba yo solo. Ahora el espectáculo está consolidado, con una banda y música en vivo. Pensábamos darlo por cerrado después de tres temporadas, pero nos lo siguen pidiendo. Seguiremos, al menos, una más.



¿Cuándo llegó la música?



Tras varias lecturas, cuando decidí estrenarlo en teatro ya empecé con La Banda. Estos músicos y yo somos amigos desde la adolescencia. La primera vez que hice una obra de teatro en mi vida, en el 95, fue con ellos. Esa obra se llamó ‘Animalario’, que luego dio nombre a la compañía. Así que lo primero que hice en mi trayectoria profesional y lo último que estoy haciendo es con ellos. 



¿Qué encontramos en 'Lorca en Nueva York'?



Hay un relato autobiográfico, en prosa pero bastante poético, que es la conferencia que Lorca dio [en la Residencia de Señoritas] sobre su experiencia de nueve meses en Nueva York y tres meses en La Habana. Vamos intercalando poemas de ‘Poeta en Nueva York’. Ahí es donde entran los músicos, son como canciones habladas. Lorca está lleno de ritmo y musicalidad, y nos parecía natural hacerlo así.



¿Cómo fue la aventura americana de Lorca? 

Él sale de una España aún muy rural y viaja a Nueva York, la ciudad donde más se ha desarrollado el capitalismo. De hecho, está allí cuando el crack del 29, la mayor crisis del capitalismo hasta la de 2008, cuyos efectos aún sufrimos. Lorca vive un shock: el capitalismo como modelo destructor e incompatible con la vida. También habla [en 'Poeta en Nueva York'] de la población afroamericana, de los negros como paradigma tanto del oprimido como de la posibilidad de rebelión. En su obra siempre hay una defensa del débil ante el poderoso, una reivindicación de los derechos de los oprimidos, sean mujeres, negros o gitanos. Y su otro gran tema, más íntimo, es la soledad. 


¿Se sentía solo? 

Él, como cualquier ser humano, era un tipo contradictorio. Tenía un lado muy alegre, desprendía humor, tocaba la guitarra, era el alma de las fiestas. Y luego tenía una profunda melancolía, un sentimiento de soledad que le hacía sufrir mucho y que se entiende que tiene que ver con su orientación sexual. Él no podía vivir el amor, la pareja, en libertad.


¿Qué diferencia hay entre disfrutar de este espectáculo en un teatro y hacerlo en un entorno natural? 

Cada cosa tiene su gracia. El lugar donde más me gusta hacer teatro es un teatro, en interior, aunque realmente el teatro nace en Grecia al aire libre. En la plaza de un pueblo es más complicado actuar, pero el pequeño anfiteatro de Rodalquilar, en mitad del silencio, es un lugar muy mágico, más en una noche de verano. Es un privilegio actuar allí.


En los últimos meses hemos visto en El Ejido ‘Lorca por Saura’, con India Martínez, y en Roquetas ‘Lorca Sonoro’, con Pasión Vega y Víctor Clavijo. La obra del poeta sigue viva, se reivindica desde distintas ópticas.

Sus textos ya están libre de derechos de autor al haber pasado 80 años de su muerte. Y que se haga Lorca con frecuencia en España es tan natural como que se haga Shakespeare en Inglaterra o Molière en Francia. Es uno de nuestros grandes autores: su teatro, su poesía y su prosa están llenas de vida y acción.


Ha actuado varias veces en nuestra provincia, en ocasiones recitando ‘Campos de Níjar’ junto al guitarrista Fernando Egozcue. ¿Es una tierra que le inspira?

Absolutamente. Almería tiene un paisaje único y una de las identidades más fuertes dentro de la península ibérica. Es uno de los lugares con más potencia espiritual, natural,... de todo tipo. Voy al Cabo de Gata desde la adolescencia y he actuado bastante por allí. Sin embargo, nunca en la ciudad de Almería, algo que me da pena. Espero poder hacerlo más pronto que tarde. 


Como hombre de teatro, ¿cómo valora los 20 años que cumple el festival Clásicos en el Parque? 

La vida cultural siempre depende de las instituciones y de las personas que ponen su empeño en armar proyectos. Es el caso de Javier Rovira [director del festival, pianista y escritor]. Es una maravilla que existan agitadores culturales así que hagan que sucedan cosas y creen espacios para el encuentro, el intercambio, el estímulo.


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