Ángel Martín: “Vivir es una reconstrucción constante”

El humorista ha presentado en Almería ‘Por si las voces vuelven’, en el que aborda su locura

Ángel Martín, en una imagen promocional de su libro ‘Por si las voces vuelven’. Foto: Carlos Ruiz
Ángel Martín, en una imagen promocional de su libro ‘Por si las voces vuelven’. Foto: Carlos Ruiz
Evaristo Martínez
00:06 • 08 oct. 2022

“Tengo un vínculo bastante salvaje con Almería”, dice Ángel Martín (Barcelona, 1977) al final de la entrevista. “Mi madre nació allí, vivió sus primeros años junto a su madre y su hermana en unas cuevas”, apunta. Sin embargo, nunca había pasado por aquí hasta el miércoles, cuando participó en una mesa redonda sobre salud mental organizada por la Universidad. El tipo que hace unos años se metía en millones de hogares con el programa ‘Sé lo que hicistéis...’ ahora ha conquistado a más de 300.000 lectores con su primer libro, ‘Por si las voces vuelven’ (Planeta), donde habla sin tapujos sobre su locura. El 16 de noviembre saldrá a la venta una edición especial de este superventas con prólogo y dedicatoria del autor. 



Un cómico hablando en la universidad sobre salud mental. Hace años sería impensable.



No sé si impensable pero sí que no ha sido habitual. Cuando la gente te ubica en un oficio parece que no puedes hablar de otra cosa que no sea ese oficio. Uno puede tener la sensación de que el cómico tiene que estar haciendo bromas todo el rato pero cuando los cómicos nos juntamos también nos apetece hablar en serio. No sé si es impensable o no pero ha sucedido: quedémonos con eso.



Las entradas para verle en Almería se agotaron en pocas horas. ¿Cómo gestiona la expectación?



Es algo abrumadoramente bonito. Si fuera montar un 'catering' y que se agotara todo, pues sí, pero cuando se trata de charlar de verdad la presión desaparece. No es hacer un monólogo, donde el público tiene una expectativa clara: quiero que me haga reír. Pero en una charla la gente va a escuchar. Si a alguien no le gusta hablar de ciertas cosas, quizás sienta esa presión. Pero como yo soy un descerebrado, a lo que me preguntan, respondo.



En ‘Por si las voces vuelven’ se abre en canal de forma valiente. ¿Se guardó algo?



No, no, está todo. Cuando tienes la esperanza de que tu experiencia pueda servir de algo esconder cosas sería absurdo. Te estarías guardando una carta, habría un poco de trampa. En ningún momento del proceso de escritura dije: esto mejor no lo cuento. Porque precisamente puede que esa cosa en concreto sea la que le sirva de algo a alguien. Nunca tuve ese apuro.



¿El libro nace para ayudarse a usted o a los demás?

Nace única y exclusivamente por si le puede servir a alguien. Es verdad que el proceso de escritura se convierte en un viaje que me sirve en otras capas, en otros niveles, pero cuando surge la posibilidad de escribirlo es pensando en si mi movida, lo que he vivido y he hecho para salir de ahí, te sirve de algo en el sitio en que tú estés.  


¿Pidió consejo a la hora de abordar algunos asuntos?

Ni de broma. No le pregunté a ningún profesional cómo debería escribir mi libro, ni qué tono debería utilizar; no me importó lo más mínimo. Nadie sabía que lo estaba escribiendo para no intoxicarme de los miedos de los demás.


¿Y cuál ha sido la respuesta de los profesionales?

Extremadamente positiva. Les da rabia que haya tenido una experiencia negativa con un psicólogo: me han confirmado que los hay pésimos al igual que buenísimos. Y a mucha gente le está sirviendo para ponerse en lugares que a lo mejor de otra forma no se habrían podido poner.


También habla de su proceso de reconstrucción. ¿Tiene fecha de caducidad?

Es un proceso eterno. Pero fíjate, no creo que tenga solo que ver con si te ha pasado algo o no. Al final, vivir es un proceso de reconstrucción constante, no tiene más. No hay un día donde de repente digas: ya está, soy esto. Puedes hacerlo, claro, pero es extremadamente aburrido cuando lo más probable es que superes la barrera de los 80 años, así que darte por reconstruido a los 40... El proceso de reconstrucción y estar alerta es constante. Pero no en el sentido negativo, sino de qué bien estar aprendiendo de todo lo que te pase. 


Suena raro pero a veces cuesta aguantar la carcajada con ciertos episodios de su locura.

Lo primero que quería era salir del tono: pobrecito yo, tragedia, mira lo que me ha pasado. No, tronco, esto va de que trates de superar la movida que has tenido. Para mí, la comedia es imprescindible: no podría leer un libro que no estuviera escrito en un tono en el que no me lo pasara bien. Incluso que me riera en momentos que puedan ser trágicos. Que te hayas reído es lo mejor que puedo escuchar.


Su estilo es claro, directo: es reconocible su voz. Incluso utiliza emoticonos.

No podría escribir un libro que me aburriera. No soy escritor, así que no tenía sentido pensar en si algunas cosas serían correctas o no, o que si la estructura... Si voy a escribir un libro, quiero que sea mi libro favorito. 


Este libro o series como 'Ted Lasso' acercan al gran público el tema de la salud mental. A la industria cultural le interesa pero quizás no sea siempre así. 

No te sé decir. En mi día a día estoy en lo mío, en la comedia, en mi informativo. He escrito un libro relacionado con mi experiencia pero no soy alguien que de repente esté tratando de convertirse en el abanderado de la salud mental y que todo lo que vea esté relacionado con eso. Para nada. Si se utiliza como moda, como un carro al que hay que subirse, obviamente me va a parecer mal. Como si lo hacen con la tercera edad, con la gente joven o con cualquier otro problema. 


En el plano profesional, ahora que ha contado esta historia, ¿suena menos el teléfono?
No le presto atención a eso, no te engaño. El libro aparece en un momento en que estoy centrado en crear contenido en internet y en espectáculos de teatro. No me he planteado en ningún momento si alguien que tenía pensado llamarme no lo ha hecho o si me llaman más a raíz del libro. Cuando aparece 'Por si las voces vuelven' estoy muy alejado del audiovisual y estoy tratando de crear contenido por y para mí en internet. 


En el libro habla de la gente que estuvo a su lado cuando estalló su locura. En casos así también habrá muchos que se bajen del barco.

Sí pero no les dedico mi tiempo ni mi energía: eso lo hago con la gente que está. Es habitual, independientemente de que sea un tema de salud mental: cuando tienes un imprevisto y necesitas un cable descubres la gente que de verdad está y los que están para las cervezas y las risas. Si se te rompe el coche y llamas a tres amigos, habrá dos a los que les dé pereza: el que va es el guay.


¿Volverá a escribir otro libro?

Si me ingresan (risas)... No, no tengo previsto escribir otro libro. Solo escribo cuando tengo algo que contar y, generalmente, la mayor parte del tiempo utilizo los monólogos, escribo comedia. El proceso de escribir un libro es agotador. Y si alguien decide leer algo tuyo más te vale que sea porque tienes algo que aportar porque si no, no les robes su tiempo.


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