¿Cómo ha cambiado el internet nuestra manera de relacionarnos?

La Voz
17:04 • 27 nov. 2017

Desde hace tiempo está muy claro que nuestras vidas no son las mismas desde que el internet se convirtió en un servicio de primera necesidad en todo el mundo, aunque esto no signifique que todos tienen acceso a él (igual que lamentablemente no toda la población mundial tiene acceso a agua potable o a luz eléctrica). Lo cierto es que no solo nuestras vidas no son las mismas, sino que las nuevas generaciones están naciendo y creciendo en un mundo radicalmente distinto al que vivíamos hace 20 o 30 años. El móvil es una herramienta vital para mantenernos en contacto con el mundo y para cumplir tareas cotidianas que antes nos llevaban mucho más tiempo. Y relacionarnos entre nosotros mismos no ha sido un aspecto que se haya salvado del cambio radical que han representado las nuevas tecnologías.


En este caso, conocer personas nuevas es ahora tan sencillo como responder un mensaje de texto o enviar un correo electrónico. Las aplicaciones para hacer amigos y ligar funcionan como verdaderos catálogos mediante los cuales podemos elegir con quién queremos entablar una relación y con quién preferimos no seguir conversando. Es incluso posible ver con antelación las opiniones de Adoptauntio, Tinder, Grinder y demás aplicaciones utilizadas para estos fines y decidir si son lo que estamos buscando o se alejan de nuestras necesidades. Son innumerables los casos de relaciones exitosas que nacieron en un chat de alguna red social o de alguna de estas aplicaciones y en ese sentido, dándoles un buen uso, pueden llegar a buen puerto.


La falta de tiempo, la timidez excesiva e incluso el retomar la vida después de una ruptura amorosa son varias de las razones por las cuales estas aplicaciones y herramientas se han vuelto tan populares y por qué su demanda sigue en aumento. ¿Pero qué pasa cuando se nos sale de las manos? ¿Cuando su uso es excesivo y en lugar de beneficiarnos y ayudarnos, resultan dañinas para nuestra salud? Abusar del móvil como puente para relacionarnos con personas nuevas puede llevarnos a encerrarnos en nuestro propio mundo, a perder el contacto con nuestras viejas amistades, amigos e incluso familia, y a creer que valemos más o menos dependiendo de los likes que recibamos. Todas estas manifestaciones juegan en nuestra contra y puede perjudicarnos más de lo que nos ayudan.




Las redes sociales y las relaciones afectivas


El caso de las redes sociales es parecido, aunque no exactamente igual. Aunque son bastante funcionales a la hora de mantener el contacto con amigos y familia que tenemos lejos, también hay estudios que demuestran que su mal uso es perjudicial para las relaciones amorosas establecidas, pues pueden generar celos y desconfianza. Hay que tener en cuenta que mantenernos conectados tiene un costo y ese costo es nuestra privacidad. Estamos constantemente monitoreados por cada aplicación o red social que usamos, damos nuestros datos personales e incluso aceptamos que puedan ubicarnos mientras las estamos usando.




La clave está en usarlas con moderación, en saber diferenciar nuestra vida real, nuestros valores y toda la educación que nos han impartido de la cara que mostramos en nuestras redes sociales. Estas se prestan mucho para acoso virtual y comentarios malintencionados por la facilidad que ofrecen de hacerlo sin poner la cara, de ahí que tener bases fuertes de crianza y amor propio resulta vital para no ser víctimas ni resultar heridos por lo que pueda pasar en ella. Y en caso de que sientas que se te han salido de las manos, es importante que busques la ayuda necesaria para solucionarlo. Después de todo, están creadas para ayudar y no para perjudicarte.


 





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