Vuelta a Almería en Vespa. 585 kilómetros ‘ruteando’ por la provincia

Cinco amigos del Poniente recorren en sus motos, por carreteras secundarias, diez municipios entre el desierto, la montaña y el mar

Los protagonistas de la ruta en Calar Alto, en la Sierra de los Filabres.
Los protagonistas de la ruta en Calar Alto, en la Sierra de los Filabres.
Marta Rodríguez
01:00 • 24 jun. 2016

La vida se ve pasar de forma distinta desde una Vespa. El tiempo transcurre como a cámara lenta y los problemas se relativizan. Si hay una Vespa de por medio, un grupo de amigos que nunca logra quedar de repente cuadra agendas. Si hay una Vespa de por medio, el paisaje se antoja más bello y la compañía irremplazable. Porque a lomos de una de estas míticas motos italianas “todo es posible”.




Ésta es la conclusión a la que han llegado cinco amigos del Poniente tras llevar a cabo la primera Vuelta a Almería en Vespa. Así han denominado a la aventura sobre dos ruedas que realizaron el fin de semana del 10, 11 y 12 de este mes de junio: 585 kilómetros, organizados en diez etapas, por carreteras secundarias de la provincia.




“Almería se ve alucinante sobre dos ruedas, tenemos olvidadas las carreteras secundarias que pasan por pueblos espectaculares y paisajes únicos. Con la Vespa buscamos esas carreteras para rutear, porque siempre te sorprenden y ofrecen un extra para disfrutar, hacen la conducción más divertida y con otro ritmo, el de nuestras Vespas”, apunta José Manuel Palenzuela, uno de los participantes junto a Miguel Ángel Luque, Juan Antonio Romero, Antonio Sánchez y Pablo Andrés Romero (Alejandro Cantón, el sexto en discordia, al final no pudo ir).




Itinerario




De dos días y medio de duración, el itinerario de la Vuelta a Almería en Vespa discurrió entre el desierto, la alta montaña y las vistas al mar con salida desde El Ejido, donde viven todos, y parada en La Isleta del Moro, Garrucha, Vélez Blanco, Tíjola, Bacares, Alhabia, Laujar de Andarax, Berja y Adra, y regreso.




En la retina se quedan paisajes que les eran desconocidos. “Y hacer 585 kilómetros sobre nuestras Vespas, el contraste entre el desierto y la alta montaña o el atardecer en la Isleta del Moro”, asegura Pablo. “También las cervezas fresquitas después de cada etapa, los ratos de charla por la noche preparando la ruta siguiente y, al final, la satisfacción de haberlo conseguido”, indica Antonio.




El calor de las gentes de la provincia ha sido otra de las notas dominantes de esta excursión motorizada. “En los sitios donde parábamos la gente nos preguntaba y nos animaba a seguir, fue muy gratificante. Al igual que las historias de las personas mayores, que nos contaban sus aventuras en Vespas, como cuando iban a ver a sus novias con ellas”, añade.




Aunque habían tomado parte en iniciativas más pequeñas como el III Rally Ciudad de Almería, es la primera vez que desarrollan una ruta tan larga. “Desde que entré en el mundo de las Vespas, José Manuel tenía en la cabeza la idea de hacer una ruta de estas características, pero por motivos personales de cada uno no habíamos podido. Tres días antes de la salida, me levanté metido en un grupo de WhatsApp y ya no hubo vuelta atrás”, señala Juan Antonio. “Esto no es algo para hacer en solitario, es para compartirla con amigos y disfrutar a tope”, añade José Manuel.


Experiencia inolvidable


Este grupo unido por su pasión por las Vespas ha documentado la experiencia a través de fotos y vídeos. “Nos faltó un drone, pero ya para el año que viene”, bromea Pablo.


De lo que no hay duda es de que el próximo verano repetirán. “Hay que organizarla con tiempo. Tenemos amigos que se han quedado con muchísimas ganas, pero esta primera Vuelta a Almería en Vespa será inolvidable por la ilusión contagiosa, el buen rollo, las risas y la aventura”, concluye José Manuel Palenzuela.



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