Crónicas del ayer: El perverso crimen de una joven pintora de Dalías

El juicio definitivo tuvo lugar nueve años más tarde de producirse su trágica muerte

Quién mató a Ana Lirola.
Quién mató a Ana Lirola. La Voz
José Ángel Pérez
12:12 • 26 dic. 2022 / actualizado a las 12:22 • 26 dic. 2022

El 10 de julio de 1996, la Audiencia Provincial decidió absolver a Gonzalo V., el único procesado en el caso de la violación y asesinato de la joven pintora Ana Margarita Lirola cuyo juicio definitivo tuvo lugar nueve años más tarde de producirse su trágica muerte. Anteriormente, en marzo de 1994 se inició la vista oral por esta causa, suspendida por falta de pruebas complementarias que tenía que aportar el perito Luis Frontela. Desde la fecha del crimen, el 10 de agosto de 1987, hasta la celebración del juicio, Gonzalo V. absuelto del asesinato, estuvo durante veinte meses en prisión preventiva. 



La sentencia recogía que no había quedado probado, que fuera el autor del crimen. El ministerio fiscal había pedido una pena de veintiocho años de prisión por homicidio y violación.



El cadáver de Ana Margarita Lirola de 27 años apareció en una acequia entre matojos, en el paraje "Hoyo Peralta" a tres kilómetros de El Ejido. El cuerpo brutalmente golpeado, presentaba evidentes señales de violación con una herida punzante en el muslo y la ropa destrozada. Había muerto desangrada.



Durante varios días, el cadáver permaneció en el cementerio de El Ejido, mientras la Guardia Civil recopilaba datos para obtener su identificación, al tiempo que se alertaba a la población sobre el macabro descubrimiento.



Los familiares de Ana Margarita Lirola, alarmados ante la desaparición súbita de la joven, decidieron acudir a reconocer el cadáver aparecido, de unos rasgos un tanto confusos facilitados por el Gobierno Civil. 



La Guardia Civil inició las investigaciones para reconstruir paso a paso los últimos días de la víctima, desde que salió de casa para ir a un concierto de Alaska en Almerimar. El 28 de agosto de 1987 la Guardia Civil detenía en el pub "Jaque Mate" de El Ejido, a Gonzalo V. como presunto autor del crimen.



El detenido de 31 años, aunque había nacido en San Sebastián poseía la nacionalidad cubana. Había llegado a la provincia de Almería un mes antes y trabajaba en los laboratorios de Quash Tierras de Almería, en El Ejido. 



Tras permanecer 26 días detenido en los calabozos del cuartel de la Policía Local de Berja, el juez Saracho Mejías, decretó su libertad el 23 de septiembre por falta de pruebas.


La Guardia Civil realizó diversos análisis y pruebas periciales en sangre, prendas de vestir e incluso un trozo de la tapicería del coche del acusado que se enviaron a los Laboratorios Centrales con resultado negativo. 


La familia de Ana Margarita Lirola, encargó el caso a Darío Fernández, quien disconforme con el informe forense, practicado con escasos medios, solicitó y obtuvo autorización del juez Vélez Ramal, uno de la casi decena de jueces que intervinieron en el caso,  para  exhumar  el cadáver y una nueva autopsia.


El 18 de septiembre, Luis Frontela realizó un estudio de restos microscópicos de la epidermis, pies y manos y un estudio radiológico de las fracturas óseas.


En esas fechas, el abogado Darío Fernández, acusó a la Guardia Civil de haber seccionado los dedos del cadáver para su estudio dactiloscópico, por lo que habían desaparecido pruebas de indudable interés que pudieran encontrarse en el interior de las uñas.


La reconstrucción de los hechos se efectuó en la discoteca de Almerimar, ya que al parecer este fue el último lugar donde se vio con vida a la infortunada muchacha. Desde los primeros momentos, tanto la familia como Darío Fernández, sostenían la teoría de que el crimen no fue obra de una sola persona. 


En la primera autopsia, no se habían recogido elementos en las partes blandas de la víctima por hallarse en estado de putrefacción, por lo que no pudo en aquellos momentos determinarse si la joven había sido forzada sexualmente.


La familia criticó que tras la aparición del cadáver no se tomaran medidas efectivas para esclarecer el caso y que hubo negligencia en la conservación del cadáver para un examen forense más detenido, ya que, en vez de permanecer en una cámara frigorífica, el cadáver de Ana Margarita se mantuvo en una caja de madera soportando las fuertes temperaturas del mes de agosto durante cuarenta y ocho horas.


Los tribunales dictaron sentencia. Cuando se han cumplido 35 años del aberrante crimen y el asesino o asesinos de Ana Margarita Lirola disfrutan de la libertad. Las convicciones morales, son otra cosa.


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