Angustias ofrece el cuerpo de su Hijo a los almerienses

La Virgen de las Angustias desfiló con novedades en su composición Galería de imágenes

José Luis Laynez
01:00 • 17 abr. 2014

Hay que fijarse en el detalle para percatarse de él. La Virgen de las Angustias de Almería ha procesionado muchos años el gesto de una Piedad. Pues bien, la Junta de Gobierno ha cambiado la actitud de la Madre respecto a su Hijo que yace en sus brazos y le ha conferido una actitud oferente. El Hijo muerto no descansa sobre sus rodillas y Ella lo abraza amorosamente, como sucedía hasta ahora,  sino que lo hace sobre una mesita mientras Ella lo ofrece con su gesto a quienes ven la procesión, a todos los almerienses.




El cambio puede parecer irrelevante pero dice mucho de la actitud de la Virgen hacia su Hijo y sus hijos. Una imagen vale más que mil palabras. Contemplen las de estas páginas y comprobarán lo que les digo.




Otra novedad importante presentó la Cofradía del Cristo de la Buena Muerte y la Virgen de las Angustias: la celebración del acto de reflexión pre y postprocesional que detallo en el despiece.




Y la última novedad: la Cruz Parroquial con dos ciriales que la escoltaban ante el paso de las Angustias, con dos pértigas también nuevas.

La procesión
Eran las 7.30 de la calurosa tarde de Jueves Santo cuando la falsa puerta de la iglesia de San Juan, situada en la Compañía de María se abrió para que salieran los Titulares. Antes, lo había hecho la de la iglesia, por donde salió el resto del cortejo procesional.




Lo componían un total de 256 miembros , 40 más que el pasado año. Iban repartidos así: 65 niños de acólito en la guardería; 176 nazarenos con la indumentaria habitual morada y cíngulo de esparto; y 15 mantillas, las camareras de la Virgen, además de la Junta de Gobierno y representantes del Tercio de la Legión y Antiguos Caballeros Legionarios.
Comandaba a los 34 costaleros del paso del Cristo de la Buena Muerte el capataz José María Campos. Ornamento floral sencillo, a base de iris morados. Alejandro Mengíbar es el capataz del paso de la Virgen de las Angustias que también calza 34 costaleros y con ornato floral idéntico.




El tiempo era excelente, algo que no sucedía en muchos años. Ello propiciaba el gentío que ocupaba las aceras a lo largo de su amplio recorrido. Especial devoción en su barrio de la Almedina, adonde acudió tras la parada en la Catedral.




Antes de la procesión, una reflexión




Este año se ha planteado el tema de forma novedosa. En lugar de hacerla en la iglesia en ausencia de los Titulares, se ha realizado en el patio del colegio, con los componentes de la procesión sentados, bien organizados y ante los Titulares en sus pasos. El consiliario, Tomás Cano, la pronunció antes de comenzar y al finalizar.


 



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