El viejo Blanes tiene casa nueva

A sus 91 años, Casa Blanes empieza una nueva aventura, ahora en la calle Juan Lirola

Antonio Sánchez Blanes, en la nueva tienda que ha abierto en Juan Lirola.
Antonio Sánchez Blanes, en la nueva tienda que ha abierto en Juan Lirola.
Eduardo Pino
17:52 • 07 oct. 2023 / actualizado a las 17:59 • 07 oct. 2023

El viejo Blanes está de estreno. Tras más de noventa años ocupando un local en el número catorce de la calle Obispo Orberá, la tienda de comestibles más antigua de Almería acaba de empezar una nueva vida en un nuevo destino, la populosa calle de Juan Lirola. No ha sido una mudanza elegida, sino por obligación, ya que los propietarios del antiguo edificio han decidido venderlo a una importante firma empresarial que tiene previsto nuevos proyectos. Aunque Casa Blanes podía haber seguido un año más en el local al tener contrato en vigor, ha preferido afrontar ya el cambio para adaptarse cuando antes a la nueva realidad.



Este cambio, que podía resultar traumático por el fuerte arraigo que el negocio tenía con su primitiva ubicación, está resultando un aliciente para el público, que sigue acudiendo en masa a sus mostradores en busca de las especias que no tienen en ningún otro sitio y de su amplia gama de frutos secos y productos de alta calidad. “Nuestra clientela habitual, que es bastante amplia y de muchos años, está viniendo a comprar como lo hacía en el anterior establecimiento, pero además hemos notado un fuerte tirón de nuevos clientes, de gente que va de paso y se sorprende con este nuevo negocio”, asegura el propietario, Antonio Sánchez Blanes.



Si la calle Obispo Orberá parecía un escenario hecho a medida para una tienda de la solera y de las características de Casa Blanes, la calle de su nueva ubicación, la de Juan Lirola, no se queda atrás, ya que ahora mismo tiene más fuerza en lo que se refiere a lugar de paso, puesto que une los barrios de la zona norte con el centro de la ciudad a través de la Plaza de Abastos. La calle de Juan Lirola tiene de todo, como dice el propietario de Casa Blanes: un chino, una farmacia, un estanco, un supermercado, una perfumería, dos cafeterías, un bar de tapas, un teatro, y ahora el viejo negocio de la familia Blanes que en su nueva ubicación se ha quitado unos cuantos lustros de encima.



Todavía, como ocurría hace un siglo, viene gente de los pueblos en busca de lo que solo existe en Casa Blanes. La tienda conserva intacto ese espíritu de negocio eterno que tuvo desde que en 1932 dio sus primeros pasos. El secreto de este establecimiento está en esa eternidad que descansa en sus estanterías de madera, en ese halo romántico de las tiendas de ultramarinos de toda la vida, en esas formas antiguas de comercio que le permiten al dependiente ofrecerle un par de cacahuetes al cliente para que los pruebe, en el olor de las especias que te invitan a entrar nada más pasar por la puerta, en las inmejorables nueces chilenas que nos permiten a los almerienses comer el fruto fuera de temporada.



Casa Blanes empieza una nueva etapa en su nueva ubicación, pero bien arraigado a la tradición, a esa historia que lo ha convertido en uno de los comercios más longevos de Almería, solo superado por la tienda de regalos de El Valenciano, que data del siglo diecinueve y que ya mostraba sus artículos al público almeriense en 1880; en esa lista de comercios antiguos también aparece la bodega de El Patio, que ya figuraba con esa denominación en 1918, y por el querido bar Casa Puga, que como le ocurre a Casa Blanes, también empezó a funcionar en los años treinta del pasado siglo, recién inaugurada la República.






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