Perder la Primera siempre tiene un precio

Sí, este lunes viene el Sevilla al Mediterráneo en la jornada 28 de Liga, pero en la UD Almería ya se ha puesto el foco en la próxima temporada en Segunda División y más allá de los resultados que pueda sacar el equipo de Gaizka Garitano en este tramo final, es determinante saber con qué dinámica bajará el telón del curso.

Ahora mismo hay dos situaciones que preocupan especialmente a los aficionados: si la plantilla va a ser capaz de ganar al menos una vez; y si superará los 13 puntos del Sporting de Gijón en 1998 para no convertirse en el peor de la competición desde que se tienen registros. Sin embargo, son simplemente datos, mientras que la realidad indica que es más importante saber afrontar un descenso que otra cosa. Porque es imprescindible revertir esta dinámica tan peligrosa.

Atención
No es igual decir adiós a Primera con una o dos victorias en el tramo final aunque el resultado sea el mismo: no haber logrado el objetivo. Y esto repercute claramente en el futuro a corto plazo, la elaboración de un nuevo bloque que compita con garantías en la siempre indescifrable Segunda División. Que se lo digan al Elche, que fue asumiendo poco a poco su descenso y aunque tuvo un comienzo de temporada irregular, ahora es de lo mejor de su categoría y claro aspirante a subir por la vía directa. Desde el entorno, con una afición que dio un paso adelante entendiendo que bajar forma parte de la vida de los clubes modestos; hasta la directiva, que acertó con los fichajes, los ilicitanos son la sensación.

En Almería será igual. Hay margen para preparar el adiós a la máxima Liga y perfilar qué piezas valen para el nuevo proyecto. Aquí la decisión del entrenador va a ser fundamental. Gaizka Garitano no ha podido cumplir con el objetivo y la última experiencia con club manteniendo al técnico del descenso no es precisamente halagüeña. Sergi Barjuan solo aguantó siete jornadas por no dar con la tecla de una plantilla que reunía a lo mejor de Segunda.

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Pase lo que pase el Almería será candidato al ascenso el año que viene, pero no es lo mismo negociar y aceptar la llamada de un club que haya batidos todos los récords negativos. Despedirse de la élite siempre tiene un precio, el más caro no saber cuándo vas a volver a meterte entre los veinte mejores del país, pero esto podía ocurrir en una entidad que pese a la inversión de 52 millones de euros se equivocó en la planificación. Ya lo dijo Garitano, que había futbolistas más de creación que de destrucción, y los números son el fiel reflejo de ello.

Once jornadas para decir adiós a Primera y entrar con el pie derecho en Segunda. La dinámicas, o tendencias, marcan mucho a los clubes y cuanto antes se olvide esta debacle general será mejor para todos. Mientras, a disfrutar de lo que quede en la cima de nuestro fútbol.