Montilivi saca los colores a la cúpula deportiva del Almería

Una imagen a años luz de lo que debe de ser un equipo de Primera

Montilivi saca los colores a la cúpula deportiva del Almería.
Montilivi saca los colores a la cúpula deportiva del Almería. LFP
Miguel del Pino
12:35 • 18 feb. 2023

El Almería  ofreció en la noche del viernes una imagen a años luz de lo que debe de ser un equipo de Primera. No fue una escuadra que saliera a dar la cara y a romper el maleficio de sus actuaciones fuera de casa. Fue un barco a la deriva sin capitán ni timonel que a los pocos minutos de zarpar comenzó a hundirse con el primer torpedo de los locales a la linea de flotación del navío indálico.
    



El fútbol se mueve por sentimientos. El amor a unos colores es muy similar al que sienten los humanos cuando se emparejan. Y de sobra es sabido que el enamorarse suele proporcionar momentos de enorme felicidad cuando las cosas van bien, pero de gran amargura cuando las relaciones no marchan.
    



Balance



Ayer los almerienses enamorados de su equipo vivieron una noche negra. El primer tiempo fue de los que a uno le puede hacer llorar. Porque pena da ver a tus jugadores corriendo detrás de un balón que el contrario maneja a su antojo.
    



El Girona mostró todas las carencias que el Almería viene ofreciendo en sus actuaciones fuera de casa y en algunas de las que ha jugado en el Power. Un sistema inconsistente, unos automatismos defensivos ineficaces, falta de contundencia en la disputa del balón y la sensación de que salen vencidos de la caseta.
    



En la segunda mitad Rubi hizo cuatro cambios, si el reglamento lo hubiera permitido podría haber hecho más. Pasó entonces a presentar un dibujo más moderno con dos delanteros. El equipo al menos compitió. Si en el primer periodo no habían visto de cerca al meta rival en la segunda dispusieron de ocasiones e hicieron dos goles. La pena es que en defensa siguieron en la misma linea. Pese a ello los segundos cuarenta y cinco minutos arrojaron un marcador honroso.
    



La derrota deja al Almería en muy mala situación. Con sólo dos puntos de ventaja sobre el abismo y con la amenaza de recibir al Barcelona y al Villarreal en el Power.
    



Fuera de Almería nuestro equipo ha presentado sus credenciales para volver a Segunda. Todavía quedan 16 partidos y mucha tela que cortar, pero este Almería tiene muy mala pinta y no se le ve con capacidad de cambiar el signo de sus actuaciones.
    

Montilivi ha sacado los colores a la cúpula deportiva del Almería. La que tiene por escenario los despachos porque no han sabido dar al equipo lo que necesitaba en el mercado invernal: Uno o dos defensas, un medio y un extremo desequilibrante. Una apatía que puede llevarnos a perder lo que tanto trabajo costó conseguir, tres años de lucha sin cuartel en segunda.
    

La que tiene por escenario el terreno de juego con Rubi a la cabeza porque no ha conseguido hacer de este Almería un equipo equilibrado, un conjunto aguerrido que, como club modesto que es, compitiera en todos los campos con un plus de intensidad y un rigor defensivo que sólo en contadas ocasiones ha aparecido. Un técnico que genera muchas dudas en cuanto a su capacidad para sacar al equipo del pozo en el que se encuentra.
    

Los jefes

Mohamed El Assy y Joao Gonçalvez, que sólo han movido la ficha de Luis Suárez en enero, tienen por delante una semana complicada en la que tendrán que estudiar la situación, las sensaciones que el equipo transmite y el final de campaña que cabe esperar de seguir por el sendero actual. No se trata de pasar de la euforia a la depresión tras las dos horas de calvario de Gerona. Se trata de haber incrementado en gran escala el desánimo que ya existía tras los duelos con Rayo y Betis y las incapacidades mostradas por un equipo incompetente.
    

En estos momentos sólo me queda rezar a nuestra patrona la Virgen del Mar para que ilumine la andadura de la entidad rojiblanca en el difícil camino que le queda por recorrer hasta el final de la temporada
    

Nadie se explica las razones por las que Pizarro Gómez está pitando en Primera. El partido de Montilivi, pese a lo mucho que había en juego, fue de guante blanco en cuanto a acciones punibles y sin jugadas de alto riesgo en las áreas. Aún así fue un alma en pena en el campo. Sin autoridad, caprichoso en sus decisiones, siempre mirando por el equipo de casa y sin personalidad.


Con este ya son nueve los partidos que ha pitado y los equipos visitantes siguen sin ganar. Por algo será.


Temas relacionados

para ti

en destaque