Pepe Morales: corazón UDA

Nació con un balón debajo del brazo y su vida es el fútbol. Vivió momentos inolvidables en el Almería y otros no tantos en un club, el rojiblanco, que se convirtió en algo más que su casa. Conoce los rincones y los mejores secretos del Almería. Siempre estará agradecido al presidente Alfonso García porque cumplió con él hasta el último minuto que estuvo en el club. No se ve otro año en blanco, lejos del fútbol. Es su pasión.

Un año en blanco después de tantos años en el fútbol.

Ha sido una temporada extraña, al margen de una lesión que tuve en el tobillo. Terminé en el Almería después de quince años seguidos en el Almería y llevo 25 años sin parar entre El Ejido, el Roquetas, el Poli Almería y el Almería. También es cierto que un año en blanco sirve para reflexionar, para ver fútbol y hacer aquellas cosas pendientes que había por hacer; me ha venido muy bien, la verdad.

Ha seguido el fútbol desde otra perspectiva...

Es cierto, uno ve el fútbol desde el punto de vista de ver jugadores, uno se va enriqueciendo y vas ampliando el archivo de futbolistas. He seguido todas las categorías, pero sobre todo mucho fútbol canterano por Almería. He visto que no sabía ni dónde estaban. Ha sido agradable encontrarte otra vez con las raíces de uno.

¿Está deseando volver al fútbol?

Claro que sí porque para eso tengo mis títulos y he estado en el fútbol profesional tantos años. Me he enriquecido mucho con programas , con entrenadores que pasaron por aquí como Unai Emery, Paco Flores, Juanma Lillo, Hugo Sánchez, Oltra, Luis Alcaraz, Ramis, Gorosito... de todos guardo buenos recuerdos. 

Quince años en el Almería dan para mucho.

Imagínate. Consideraba el Almería como mi casa e incluso a veces ponía al club por encima de la propia casa. Fueron muchas horas de trabajo porque era mi empresa y guardo muy buenos recuerdos con todas las personas con las que trabajé en el Almería. Sabía todos los rincones y sabía dónde había que tocar. NI tengo ninguna queja del club, pero llegó el momento del adiós porque el fútbol no es eterno. Lo pasé mal al principio, pero luego uno debe acostumbrarse. No me arrepiento de nada de lo que he hecho en el Almería porque me enriqueció mucho el club desde el primer día hasta el último. Todos los técnicos que pasaron por el Almería me transmitieron muchos valores y de todos aprendí. Me consideraba un privilegiado en ese sentido porque en Almería hay muy buenos entrenadores y yo estaba ahí. 

¿Aquella puerta del Almería se cerró para siempre?

Me lo comunicó el hijo de Alfonso y me dijo que querían darle un giro al club. A los dos días me llamó Bonillo y Lorena, con los que llevo fenomenal, y me comentaron que la puerta no se había cerrado, era un hasta luego, no era un adiós definitivo. El mundo del fútbol es así, va llegando gente nueva y se va adaptando al club. Mi trabajo está ahí y entiendo que no ha pasado desapercibido. He pasado momentos muy buenos en Primera División y con lo que me quedo es que nunca estuve un descenso al fútbol amateur.