Turre

Decenas de cortijos “sin papeles” en las aldeas despobladas de la sierra

El Ayuntamiento ayuda a nietos y bisnietos de propietarios originarios a legalizar sus tierras

SIN DATOS
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Josefina Guerrero
23:12 • 09 ene. 2016

En los años 60 los colegios cerraron en  las barriadas de Sierra Cabrera y, sin maestros, al principio algunos niños fueron mandados durante la semana al pueblo con familiares, pero al final poco a poco centenares de familias fueron abandonando las tierras que habían sido el sustento durante generaciones. Así, hoy día las barriadas de Los Moralicos, La Carrasca, El Royo Morera, El Dondo o La Adelfa no sólo están totalmente despobladas, sino que muchas de sus propietades están muy deterioradas o abandonadas y pocos propietarios se atreven a arreglarlas, comprar o vender, puesto que desde hace generaciones carecen de escrituras.
Desde el Ayuntamiento de Turre, Martín Morales, actual alcalde, como oriundo y promotor durante años de actuaciones que beneficien a Sierra Cabrera, se ha dispuesto a ayudar a los vecinos con la tramitación que permita registrar y escriturar las propiedades. “Se trata de un proceso lento y costoso que con la tutorización y coordinación municipal podrá agilizarse y costar menos a los interesados si lo hacen en bloque”, explica el primer edil. 
Por lo pronto, desde el Consistorio ya se ha contactado con abogados, notarios y los departamentos legales implicados en el proceso con la finalidad de rebajar el precio global. Ya se cuenta con el levantamiento topográfico de Los Moralicos, realizado ya hace ocho años a través de la asociación que lidera el propio alcalde y, en breve, se iniciará en el resto de pedanías.




Problemas




“Hay algunos propietarios que llegan al Ayuntamiento solamente con el DNI”, reconoce el alcalde, algo que alargará los procedimientos. No existen prácticamente escrituras  antiguas de las propiedades y los lindes son por el momento conocidos por los vecinos mayores y cada vez se hace más difícil delimitar y establecer zonas privadas y comunes.
 “Desde que hicimos el levantamiento topográfico en Los Moralicos hace ocho años todo ha cambiado mucho, se han derruido casas, han desaparecido mojones y, sobre todo, cada vez quedan menos vecinos de los de antes”, explica Morales por lo que consider necesario intervenir cuanto antes.





Otra de las dificultades que se plantean es que los herederos potenciales de las propiedades son nietos, incluso bisnietos, de los antiguos propietarios, por lo que es difícil poner de acuerdo a las familias enteras. Así, una vez que las propiedades queden delimitadas en el  Catastro con el visado municipal de los límites, pero sin titulares, se planteará otro periodo de tramitación que implicará expedientes de dominios, declaraciones de herederos, etc. “Tal y como están ahora las propiedades no tienen valor, pero una vez que el proceso esté más abanzado, comience a reactivarse la zona desde el punto de vista de la compra y venta o desde el turismo, las familias se pondrán de acuerdo”, manifiesta el primer edil. 




Futuro  




Como problema secundario, incide el responsable municipal que hasta que no se resuelvan las titularidades de  las zonas privadas, no podrá actuarse desde lo público, ni en reforestaciones, ni en recuperación de senderos ni en la puesta en valor de espacios comunes como las cuevas en las que ya realizan espeleología algunos clubes y asociaciones de la zona.




Futuro Reconoce el alcalde que habrá un incremento recaudatorio con las nuevas inscripciones de propiedades, pero los beneficios, incide, sobre todo van dirigidos a la gestión de un futuro para Sierra Cabrera dentro del ámbito del turismo rural, con la generación de empleo y la posibilidad de rehabilitar y revitalizar la zona como espacios de ocio deportivo que rompa la estacionalidad de la comarca en general. 





“Turre no tiene playa y aunque ya ha demostrado que es un municipio que tiene mucha oferta en servicios, podemos ir más allá; nosotros tenemos la sierra y está aún sin explotar”, matiza Morales.
Dentro del proyecto que lleva gestando desde hace años la asociación en apoyo de Los Moralicos de la que es integrante activo, una de las principales apuestas es la de reconvertir las antiguas escuelas de esa barriada en un albergue rural que sea el centro neurálgico del que partan las actividades de cicloturismo, de senderismo o de rutas a caballo; un proyecto que esperan todos los que sin ser aún propietarios viven la sierra como suya y quieren verla reactivarse para el uso y disfrute de vecinos y visitantes de la comarca del Levante.



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