El Aquarium rescata a veinte meros

La mitad de ellos se quedarán en las instalaciones roqueteras donde aprenden a convivir con tiburones

Los meros son mimados en las instalaciones roqueterase;clip:rec
Los meros son mimados en las instalaciones roqueterase;clip:rec
Marta Rubí
22:23 • 11 may. 2014

En unos días, una enorme jaula introducirá a una decena de meros en el tanque central del Aquarium de Roquetas de Mar. “Siempre utilizamos jaulas para que los nuevos ejemplares se vayan adaptando al entorno”, explica el biólogo del centro, Daniel Martos mientra ultima el enorme cesto. Gracias a él, los nuevos inquilinos daprenderán a reconocer el espacio, los cambios del día a la noche -ya que es uno de los pocos acuarios con luz natural- y, sobre todo, la convivencia con depredadores. “Esto viene a demostrar que es falso lo que se dice sobre  que los peces no tienen memoria”, subraya entre risas el director del acuario, Enrique Fernández.
Mientras llega el día, los animales permanecen conn otra decena de compañeros en el espacio reservado a las cuarentenas: “Nos aseguramos de que no lleven ningún parásito, aunque éstos vienen bastante controlados”. Y es que los 21 meros que han llegado a Roquetas procedentes de un estudio experimental sobre la cría de meros y, tras diez años de pruebas, se encontraban abocados al sacrificio. “No se les puede devolver al agua porque han sido tratados con vitaminas y hormonas, y no vale la pena el riesgo”, explica Fernández.

Colaboración Así que el gerente de la empresa Futuna Blue, con sede en El Puerto de Santa María (Cádiz) y dedicada a la cría del atún rojo, contactó con el director y el Aquarium acudió a ‘salvar’ a los 21 meros. La colaboración entre acuarios y con empresas es de hecho muy estrecha, tal como revela el director. Del total de animales, Roquetas se quedará con la mitad, y la otra mitad vivirán en las nuevas instalaciones que se están construyendo en Sevilla. “Las están levantando la misma empresa que lleva los acuarios de Gijón y Burgos. Así que para el transporte de los 21 meros desde el Puerto de Santa María hasta Almería, que ha sido muy complicado, hemos contado con una furgoneta de ellos y otra nuestra”, detalla. 
El control de la temperatura, el volumen de agua de cada tanque, la cantidad y calidad de la comida..., componen unos cuidados exhaustivos, medidos al milímetro. En las ‘entrañas’ del centro roquetero se puede descubrir el ingente trabajo que está detrás del centro de este tipo más grande de Andalucía.
“Contamos con una superficie de más de tres mil metros cuadrados y dos millones de litros de agua repartidos en los diferentes acuarios”, aclara el director.
A las cientos de especies que habitan en las distintas salas, se unirán en unos días los meros ‘rescatados’. “Les hemos construido refugios y enseñamos a las demás especies a respetarlos. El mayor peligro son nuestros tiburones toro, una de las cinco variedades de tiburones que tenemos”, cuenta Fernández. Romero y Julieta, que así se llaman, tienen limitado su ‘apetito’ por la temperatura del agua y los cuidados: “La convivencia con los meros es perfectamente posible”.











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