El equipo de paliativos a domicilio atiende al mes a unos 30 pacientes

El equipo de paliativos a domicilio atiende al mes a unos 30 pacientes

María Medina
23:02 • 19 may. 2012

Margarita Sardinero Córdoba y Carmen Cortés Martínez son médico y enfermera y constituyen el equipo de soporte domiciliario de Cuidados Paliativos de Almería. Desde enero de 2011 ofrecen apoyo a quienes están viviendo “probablemente el peor momento de su vida” y lo hacen en la casa de cada paciente. Allí, la atención que prestan no va dirigida a curar, sino a aportar el mayor confort posible en la última fase de la vida. Y no sólo al paciente, también a la familia.
De media, atienden a cerca de treinta pacientes al mes y cada dos meses ven cómo se renueva el 90% de las familias a las que prestan el apoyo domiciliario.
Son conscientes de que la esperanza de vida de los enfermos a los que tratan es muy corta pero, lejos de desanimarse, consideran su trabajo “muy gratificante”. Además de necesario.
La mayoría, oncológicos
Actualmente, la práctica totalidad de los pacientes atendidos son oncológicos. Derivados al equipo desde el hospital cuando se les da el alta, desde el médico de Atención Primaria o desde las consultas especializadas de Oncología o Cuidados Paliativos. La mayoría, no obstante, llegan a través del médico de familia, reconoce Margarita Sardinero.
Esta médico, que forma tándem con la enfermera Carmen Cortés, procura visitar al enfermo en el hospital siempre que es posible. La primera entrevista en el domicilio es la más larga, dice Sardiero, y no se demora más de dos días en más del 85% de los casos. Se trata de saber qué sabe el enfermo y qué quiere saber y realizar un estudio integral.
“Nuestros diagnósticos no son al uso”, apunta Sardinero, que explica cómo han de analizar el dolor (utilizan opiáceos y quitan mucho fármaco preventivo), equilibrar la alimentación y la evacuación, lograr una adecuada hidratación, paliar los efectos secundarios de los tratamientos y facilitar el descanso del paciente. Todo “con el máximo respeto”, dice Cortés que señala la importancia de contar con la colaboración del familiar-cuidador.
Acostumbran, además, a ir acompañadas de psicólogo. “No que no todos aceptan la situación y hay momentos críticos, tanto para el propio enfermo como para el entorno familiar”, dicen.
Su trabajo tiene ‘recompensa’ y dicen que en este tiempo no habían sido nunca tan besadas y abrazadas. Saben que nadie quiere tener que recibir la atención que dan, pero también, que es necesaria y agradecida. Así lo ha percibido también Carmen Ruiz, una médico residente que está completando aquí su formación.







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