Las Carreras de San Juan de Turre: Una procesión única en la provincia

La Semana Santa se vive con fervor y pasión en toda la provincia y son muchos los actos singulares y únicos que se celebran en diferentes municipios almerienses, en el caso de Turre destacan sus populares “caídas o carreras de San Juan”, una recreación histórica del reencuentro con el resucitado por parte de la Virgen y San Juan Evangelista.

El domingo de resurrección será el día grande de esta Semana de Pasión para los turreros que vivirán con fervor uno de los días más esperados y con más expectación. A partir de las 11 de la mañana se celebrará la procesión del Resucitado hasta la plaza de la Constitución y sus singulares y únicas “Carreras de San Juan”. Es una de las procesiones más populares en el Levante Almeriense y congregan a gran cantidad de público venidos desde todos los puntos de la provincia.

Y es que en esa plaza de la Constitución, rodeados de multitud tiene lugar una recreación histórica en toda regla que tiene como protagonistas cada año a Jesús Resucitado, a la Virgen y a San Juan. Ya este viernes por la mañana se vivirá el primer preludio de lo que sucederá el domingo, en la Procesión del Encuentro, donde se producirán las primeras carreras con ese primer encuentro entre el Señor, San Juan y la Virgen de los Dolores.

Todo comienza con la imagen de San Juan portada por los costaleros que se pasan la imagen del hombro a las manos para iniciar la primera carrera, hasta que este se encuentra con la Virgen. El Santo vuelve a la carrera hasta el sepulcro, así recreando aquella incredulidad, de ver el sepulcro vacío, lo que significaría la resurrección de Cristo, San Juan repite esta carrera varias veces ante su asombro.

La Virgen acompaña a San Juan en la carrera para corroborar que el sepulcro está vacío. Finalmente San Juan, -el primero en alertar a la Virgen de la resurrección de su hijo- se encuentra con Cristo Resucitado y de nuevo corre a avisar a la Virgen, que cuando se reencuentra con su hijo, -casi en un momento mágico- se desprende de su manto negro de luto y luce un precioso manto celeste y dorado, como símbolo del júbilo que le precede. El momento del reencuentro culmina con una fiesta en la que no faltan confeti, traca de cohetes y música alegre.

Año tras año, esta tradición antiquísima es cuidada con mimo por turreros y turreras, que mantienen y trasladan a nuestro tiempo un espectáculo singular, digno de visitar y degustar.