“No quiero que el dolor que siento lo sufra otra madre”

Entrevista a Samira Benaissa, madre de Adil, el joven de 20 años desaparecido en el mar

Samira Benaissa, madre de Adil Lamsiyah Benaissa, el joven de 20 años desaparecido.
Samira Benaissa, madre de Adil Lamsiyah Benaissa, el joven de 20 años desaparecido. Mohamed Ezzizaoui
Mohamed Ezzizaoui
21:39 • 07 mar. 2024

En una emotiva entrevista con Samira Benaissa, madre de Adil Lamsiyah Benaissa, el joven de 20 años desaparecido en aguas del Mar Mediterráneo desde el pasado 25 de febrero, la angustia y la determinación se reflejan en sus palabras: "Hoy ha caído mi hijo. Yo no quiero que mañana, el dolor que siento yo en mi corazón, lo sufra otra madre".



La madre de Adil expone abiertamente su sufrimiento y deja claro que no tiene la intención de mantener silencio ante la situación que atraviesa. Afirma con determinación que utilizará su propio rostro como testimonio para revelar la verdad sobre lo que ocurre en Balerma. "No voy a callarme. Y cualquier persona que quiera hablar, yo con mi cara, voy a decir la verdad de todo lo que pasa". 



Samira denuncia la actitud de silencio que percibe en los demás, señalando que la mayoría observa desde la distancia sin manifestar. Además, señala el involucramiento de parte del pueblo en el tráfico de drogas, destacando que la mitad del pueblo tiene la mano en este 'fuego'. "La gente no quiere hablar porque sabe que quien no tiene un marido metido, tiene un hijo, un primo o un sobrino... Metiendo mano en este ‘fuego’ en Balerma", declara.



Pese a la incertidumbre y la difícil situación, Samira se aferra a la esperanza: "Yo no voy a perder la esperanza de que mañana va a aparecer mi hijo". Además, confía en las autoridades españolas y hace un llamamiento a la colaboración y búsqueda de su hijo: "Yo confío mucho en España, en el Gobierno, los Guardias Civiles, Salvamento Marítimo, en todo el mundo para que busque a mi hijo. Esté vivo o muerto. Esté arriba del mar, en el fondo, en la orilla, en Argelia o en Túnez... Que me lo traigan".



"Si no hay justicia en esta vida, habrá justicia con Dios", expresa su creencia en que, incluso si la justicia humana parece ausente o insuficiente, confía en que Dios será el último que equilibrará las balanzas y hará justicia.



Con los ojos húmedos y brillando, Samira reflexiona sobre las circunstancias que llevaron a su hijo a embarcarse en esta actividad ilegal: "Si hoy le ha tocado a mi hijo, ¿a quién le tocará mañana?". La madre de Adil ha afirmado que las mafias manipulan a jóvenes ofreciéndoles sumas considerables de dinero de 1.000 o 2.000 euros, sucumbiendo a la vulnerabilidad de su edad y pillan víctimas como a su hijo y "les ensucian el cerebro".



Samira también revela información sobre la supuesta implicación de un vecino del pueblo, y el que fuera amigo de su hijo, quien habría incitado a los tres jóvenes a transportar gasolina y víveres a las narcolanchas que aguardaban mar adentro. Samira asegura que esta persona habría estado con su hijo hasta el momento en el que zarparon: "Hay una persona que ha estado con él hasta el último momento. Es conocido en el pueblo, pero cuando preguntas a cualquier persona nadie quiere hablar y responden 'no sé'." Además, revela que "el líder de la organización tenía el GPS de la embarcación".



Trabajador y querido en el pueblo

Sobre Adil, su madre lo describe como un joven trabajador y bien visto en el pueblo: "Mi hijo ha nacido y crecido en Balerma. Si tú preguntas a cualquier persona sobre él te van a hablar bien". Samira señala que, a pesar de que su hijo no quisiera estudiar, Adil se desempeñó como socorrista y trabajó en diversos sitios como en el Centro de la 3ª Edad de Balerma, mostrando una vida normal y sin signos de lujo.


Samira, desesperada y angustiosa, insiste en que quiere quiere saber dónde está, dónde se lo han llevado y qué le han dicho para que “meta la pierna en el mar estando de esa manera”, ya que las condiciones meteorológicas eran muy malas.


La madre destaca que ha transmitido a la Guardia Civil que, de haber tenido alguna sospecha sobre su hijo, habría sido la primera en acercarse a la Comandancia para proporcionar el número de teléfono de su hijo, facilitando así el control de sus movimientos y compañías. “Lo hubiera hecho para llevarlo a la cárcel porque así estaría muy tranquila y él aprendería para saber dónde le llevaría ese camino”, sentencia Samira.


Investigación

La Guardia Civil ha confirmado a LA VOZ la presentación de dos denuncias por desaparición, las cuales se atribuyen a circunstancias voluntarias. Enfatizan en la importancia de recopilar la máxima información posible para avanzar la investigación y animan a la colaboración ciudadana.


Las condiciones climatológicas adversas complicaron la ejecución de dispositivos de búsqueda. No obstante, han extendido sus comunicaciones a los servicios de vigilancia marítima y han emitido avisos a través de los canales marítimos, buscando cualquier posible información que pueda contribuir a la localización de las personas desaparecidas. 


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