Roquetas de Mar

La Semana de la Posidonia argumenta la necesidad de más protección en Los Bajos

Organizada por el Ayuntamiento de Roquetas y la Universidad de Almería

Una de las actividades de la Semana de la Posidonia en Roquetas de Mar.
Una de las actividades de la Semana de la Posidonia en Roquetas de Mar. La Voz
La Voz
17:48 • 21 jul. 2023

Nació en 2019, tuvo que parar por la pandemia en 2020, pero se retomó con fuerza en 2021 de nuevo. En este verano de 2023 ya ha alcanzado su cuarta edición, y lo ha hecho rompiendo barreras de participación. La Semana de la Posidonia, organizada conjuntamente una vez más por el Ayuntamiento de Roquetas de Mar y por el Centro de Colecciones Científicas de la Universidad de Almería, ha sabido conectar con la ciudadanía.



Esther Giménez, directora del CECOUAL, ha destacado que “cada vez es más conocida, la gente ya sabe que tiene este evento”, palabras ratificadas con cifras por Isabel Díaz, coordinadora de esta semana de divulgación: “Desde el Ayuntamiento y el CECOUAL estamos muy satisfechos con la acogida, ya que uno de los objetivos era llegar al máximo de personas posible y ahora se puede decir que hay más de 800 que saben más sobre posidonia oceánica, una planta que permite la vida, no solo en el fondo del mar, y a la que debemos conocer para poder cuidarla y conservarla”.



Precisamente ese último es un mensaje que con rotundidad ha lanzado una de los mejores especialistas en la materia, Pedro Sánchez, almeriense y catedrático en el Departamento de Botánica de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Granada. Ha sostenido que “la excepcionalidad de las praderas de Los Bajos de Roquetas se debe tanto a su particular estructura como al hecho de albergar las praderas submarinas más importantes del mar de Alborán, y estas dos características resumen la necesidad de su conservación con un rango superior al Monumento Natural”. 



Lo ha dicho sobre argumentos sólidos: “Los Bajos y su entorno terrestre, la Ribera de la Algaida, albergan comunidades macroscópicas y microscópicas cuya biodiversidad está prácticamente inexplorada, y que a su vez permiten el desarrollo de una gran riqueza de especies, posibles fuentes de nuevos recursos en una época donde la economía azul debe basarse en el conocimiento, la conservación y la explotación responsable de la naturaleza”. 



Ha añadido que “la unificación de Los Bajos de Roquetas y la Ribera de la Algaida constituiría un espacio único y emblemático de nuestra costa”, textualmente, junto a que “la consideración de espacio natural con un componente marino y otro terrestre permitiría comprender mejor su funcionamiento, hacer más efectiva su necesaria conectividad y facilitar procesos de exportación e importación como los arribazones”.



Por otra parte, “la existencia de los importantes restos arqueológicos de la mítica Turania, en el seno de un ambiente protegido, representaría un especial aliciente para la conservación conjunta de nuestro patrimonio histórico y natural; más aún, los restos de las antiguas salinas de San Rafael ofrecen oportunidades biotecnológicas de gran interés”.



Sánchez ha puesto el foco en que “bien en su estado actual o como un nuevo espacio unificado, tenemos pendientes retos ambientales y científicos para lograr una adecuada comprensión de la biodiversidad de su biota y las posibilidades de su explotación sostenible”.



El catedrático ha dejado claro que “un territorio azul como Roquetas de Mar debe mirar a un futuro biotecnológico en un entorno ambientalmente sostenible, donde especies como el espárrago de mar, las dunalielas, las artemias, las espirulinas… no son más que algunas de las posibilidades que la economía azul podría aportar a esta importante zona del poniente almeriense”.


Además, sobre las praderas submarinas ha recordado las ideas básicas de que “no solo sirven de barrera frente a la erosión, sino que intervienen en multitud de procesos que hacen de su conservación un objetivo prioritario; su presencia y conservación es necesaria para la freza, protección de alevines y desarrollo de gran cantidad de especies animales, amortigua los procesos de cambio climático de los ecosistemas litorales, fertiliza y protege los ecosistemas vecinos, oxigena aguas y sedimentos en los que se desarrolla, produce una gran diversidad y heterogeneidad de hábitats y un largo etcétera de funciones, algunas aún no conocidas con precisión”. 


A su juicio, “actividades culturales como la Semana de la Posidonia son importantes ocasiones para profundizar en los argumentos que hagan entender a nuestros conciudadanos la importancia de estos sistemas, sus plantas y las algas marinas, organismos básicos en el funcionamiento de los mares y océanos, además de fuente de nuevos recursos mediante un manejo adecuado y sostenible de los mismos, inadecuadamente estudiados y comprendidos”.


35 actividades


En ese sentido, Isabel Díaz ha desvelado la distribución de participantes en las 35 las actividades programadas y desarrolladas: “225 personas han disfrutado de las acuáticas, como snorkel, salidas en zodiac y kayaks, 280 de todas las edades y distintos colectivos han participado en talleres y charlas de divulgación, y 100 han acudido a las culturales, como teatro concierto, sin olvidar las más de 200 que han pasado por la exposición de algas de Manolo García, en el faro de Roquetas de Mar”. Ha enfatizado en que ha habido 18 personas y asociaciones impartiendo talleres y charlas, por lo que “ha sido diversa y ha involucrado a los expertos en la temática y los más están haciendo por su conservación”.


Por último, Pedro Sánchez ha querido recordar que “Hermelindo Castro y su equipo tuvieron un papel destacado en la conservación del medio ambiente almeriense y andaluz”, y que “su legado nos anima a reflexionar sobre la importancia de otros ecosistemas que, a diferencia de Cabo de Gata, declarado Parque Natural Marítimo Terrestre hace ya 35 años, aún no gozan del adecuado nivel de protección”.


De hecho, “el litoral de Almería se encuentra salpicado de enclaves que comparten franja litoral y zona marina, en la mayoría de los casos con una conectividad claramente manifiesta”. Ha reconocido que no es tan evidente en esta zona, pero existe: “La parte emergida está ocupada por un humedal costero, Ribera de la Algaida, donde conviven restos de tarayales, juncales y saladares en el borde de zonas de marismas temporalmente inundadas que filtran y amortiguan el impacto de  aguas de inundaciones, escorrentías y probablemente subterráneas que llegan a la costa; en la zona marina contigua, los Bajos de Roquetas, se desarrolla un ecosistema tan singular como frágil, el de las praderas submarinas, de las que emergen sus hojas anunciando la presencia de Posidonia oceánica, un excepcional bioconstructor que, con su complejo sistema de tallos horizontales y verticales, ha creado un arrecife litoral único en el mar de Alborán y que protege a las playas de la erosión litoral”.


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