Vícar

Savíns, el almeriense doctor en informática que sabe nadar gracias al ajedrez

El campeón europeo de ajedrez submarino hace un postdoctorado en la Universidad de Sheffield

Savíns Puertas tras acabar una partida de ajedrez bajo el agua.
Savíns Puertas tras acabar una partida de ajedrez bajo el agua.
Francisco G. Luque
09:00 • 17 sept. 2022

"Soy un caso". Así se define Savíns Puertas Martín durante una entrevista, vía telefónica, entre dos celulares separados por más de 2.400 kilómetros. Esa es la distancia que que hay entre Almería y la Universidad de Sheffield, institución inglesa en la que el joven almeriense doctor en informática hace su estancia postdoctoral, becado desde enero por la Universidad de Almería gracias a la ayuda Margarita Salas. Forma parte del grupo Quimioinformática, donde pone en valor cada día su mente brillante, la misma que le ha llevado a ser un referente del ajedrez. Incluso bajo el agua.



"No conocía a nadie, pero el trato de las personas es excelente. Si hubiese que poner algún pero sería el clima", comenta sobre su experiencia en Inglaterra este granadino que se instaló en Vícar con su familia cuando tenía cuatro años. "Nunca les he preguntado el motivo por el que nos fuimos de Granada, aunque intuyo que sería por temas laborales", dice Savíns, cuyo nombre difícilmente se encuentra, ya que sus padres decidieron ponerle uno inventado. 



Sobre su trabajo específico en tierras británicas, detalla que es de "cribado virtual". Se dedica a desarrollar algoritmos, encontrar los mejores modelos matemáticos con el objetivo de crear herramientas que ayudan a crear medicamentos. "Me gustaría hacer una que permita obtener uno a nivel global, lo veo más factible que ser Maestro FIDE", reconoce entre risas sobre sus objetivos el vicario, que a nivel ajedrecístico es Candidato a Maestro.



Junto al tablero desde los 11 años



El ajedrez se cruzó en su camino gracias a José Antonio, su amigo y primer maestro. Le convenció para jugar, compartieron horas de aprendizaje en una cochera y el joven Puertas decidió entrar en las Escuelas Municipales de Vícar. Ahí comenzó una relación con un deporte que no le ha llevado al cielo, pero sí al fondo del mar, en el mejor sentido de la expresión.



"No es como coger un día la cámara de fotos y ponerte a fotografiar, ni como ir al cine a ver una película. Eso lo disfrutas. En el ajedrez sabes que vas a competir, está a mitad de camino entre un hobby y un trabajo", confiesa Savíns, un amante de las películas de ciencia ficción, de la lectura y de Michael Jackson que oficialmente fue campeón absoluto de Almería a los 16 años. 



Tras acumular decenas de trofeos de diferentes niveles, en 2018 ganó el torneo del Camping Don Cactus y esto le permitió optar al Campeonato de Europa de Ajedrez Submarino. "Nos planteamos un amigo y yo apuntarnos a la piscina cuando tenía 15 años, al pensar que existía esa partida. Aunque suene raro al estar en Almería, no sabíamos nadar. Sin esa motivación de jugar al ajedrez quizás a día de hoy seguiría sin saber nadar", afirma.





Se atrevió a ponerse el neopreno y todo el equipo y sumergirse bajo el mar de Carchuna, en su provincia natal, y perdió en su primera partida en el fondo marino ante el campeonísimo Jorge. Sin embargo, en 2019, en el que realizó un curso de buceo para adaptarse más al medio, venció y levantó un título continental que también ha ganado en este 2022.


"Al principio tienes miedo, antes y durante el descenso. Aunque no lo muestre, soy muy nervioso. Pero cuando estás abajo es todo normal, estás concentrado en la partida y solo tienes que tener en cuenta las corrientes", informa sobre una modalidad de ajedrez que se instauró en la costa granadina en 2012, teniendo como referencia Cuba, único país que en aquellos años también llevó los algunos tableros y fichas de la mesa al mar. En Europa lo más parecido era jugar partidas en piscinas.


El vicario le debe mucho al ajedrez y destaca que "te aporta mucha tranquilidad y concentración", aunque no olvida que "con 15 o 16 años tienes competiciones y no puedes estar de fiesta", reconociendo que eso "te hace como más maduro". Con el paso de los años le ha ayudado "en temas de razonamiento, tanto para las matemáticas como para la informática". Pero con lo que se queda es con los viajes y las amistades que haces. "Hace pocos días me encontré aquí en Inglaterra por casualidad, comprando un cable HDMI, con un valenciano con el que coincidía en los campeonatos de ajedrez", cuenta el almeriense.


¿Futuro en Almería?

Pese a estar en una de las universidades del mundo mejor valoradas, no piensa que Almería se le quede chica a un investigador de su perfil. "Considero que no, porque por ejemplo el grupo Supercomputación y Algoritmos, que es de la UAL, es de los mejores dentro de España. La de Sheffield está entre las cien mejores del mundo, pero en cuanto al nivel no he visto mucha diferencia con respecto a la de Almería. Aquí, en Inglaterra, está todo más relacionado con las empresas y en Almería por ejemplo es todo más cerrado. Ahí es verdad que se nota", afirma.


Persona inquieta, siempre con ganas de aprender y de hacer cosas, tiene claro que mientras se lo permitan, le gustaría seguir en el ámbito universitario. Su meta es ser profesor titular, porque no le gusta "hacer un trabajo repetitivo" y sabe muy bien que "la universidad te da la libertad de poder investigar y luego también enseñar. Se combinan las dos ideas y no solamente te dedicas a la docencia".





Se levanta a las 7:30 horas, desayuna, arregla su casa y se marcha a la oficina, cuyo edificio se ve desde la ventana de su vivienda, al estar a pocos minutos. Suele salir a las 18:30 y ahora que se ha apuntado al gimnasio aprovechará las tardes haciendo deporte, quedar con los amigos, un rato de redes y, evidentemente, entrenar al ajedrez. "Tienes que organizarte, priorizar lo que quieres conseguir en cada momento. Estudios y ajedrez, intento no desviarme mucho de esto y no abarcar muchos más frentes", recalca el ingeniero.


Los fines de semana los dedica a conocer algunos sitios cercanos a su ciudad en Inglaterra y le sorprende mucho "que hay pueblecitos pequeños que tienen su estación de tren y están bien comunicados. Hay uno que tiene unas cuevas famosa, como Pulpí, y puedes llegar en poco tiempo". Todo lo contrario a Almería, una provincia a la que volverá para seguir con su investigación cuando termine su estancia postdoctoral, pero no lo ve como un inconveniente para nada.


"A nivel de informáticos se habla de Silicon Valley, pero antes de ser lo que es era un vacío. Allí puede que triunfes o no, pero antes era un desierto. ¿Por qué Almería no podría llegar a eso algún día? El comienzo sería difícil, pero no es imposible", opina Savíns.


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