Vera

Cruces de mayo

Entre paganas y religiosas, las Cruces son la puesta en escena de los los valores y tradiciones

Vecinos decorando y luciendo orgullosos sus Cruces de Mayo. Foto: Ricardo Alba
Vecinos decorando y luciendo orgullosos sus Cruces de Mayo. Foto: Ricardo Alba La Voz
Ricardo Alba
19:13 • 06 may. 2018

Mayo, mes de las flores. Mayo ha sido así desde antes del calendario lunar, desde antes de Cristo, desde antes de… Desde siempre. Mayo florido, no podía ser de otra manera, o sí, aunque la imaginación no me alcanza. La tradición cristiana atribuye a Santa Elena, madre del emperador Constantino, el hallazgo en Bizancio de la cruz donde Cristo fue crucificado. Fue, según esta tradición, el día 3 de mayo del año 324 de nuestra era. Elena, Santa Elena, rogó en su lecho de muerte la conmemoración anual de esa fecha. De este modo quedó instituida la fiesta de celebración de la primavera cuyo centro es la Cruz adornada con flores, plantas, mantones, guirnaldas y objetos decorativos.




Ay, mes de mayo, mes de mayo, exaltado por Lope de Vega: ‘En las mañanicas/ del mes de mayo/ cantan los ruiseñores./ Retumba el campo’. Hoy en día, el mes de mayo retumba, además, de primeras comuniones, no en vano es también el mes de la Virgen María para los creyentes. Así, entre paganas y religiosas, las Cruces de Mayo son las fiestas del pueblo, la puesta en escena de los valores y tradiciones más arraigadas de Andalucía.




Las calles de los municipios se adornan, los vecinos van de una a otra Cruz, todas hermosas, lucidas, distinguidas. Como en todo o casi todo, hay un antes y un después. El antes de las Cruces de Mayo es el trabajo laborioso de, por poner, Rosa Flores, Antonina Rachón, Cati Gallardo, Rosa Carmona, Martín Flores y Santiago Gallardo. Seis horas largas, tal vez más, confeccionando la Cruz de Mayo del Club de la Tercera Edad ‘San Cleofás’ de Vera. Primero montamos el fondo con mantones, abanicos…, y para que nos salga más económico las flores las compramos en el mercado. Hoy viernes, en el de Garrucha. Hemos traído margaritas, claveles, siempre vivas.




Entre flor y flor la conversación toma vericuetos antaños. Nosotras recordamos como antes se ponían cartones porque como no había tantas flores íbamos al jardín de un señor y le comprábamos geranios claros y oscuros para hacer contraste, y con los vasicos poníamos las flores. Y mire, antes, antes de enterrar a los difuntos se quitaba la cruz de la tapa de la caja y se la llevaban a su casa y se ponía colgada de una pared para tener recuerdo de la persona. Quienes no teníamos difuntos pedíamos prestada la cruz del féretro, la ponías en el centro y los recordatorios alrededor. Eso es lo que hemos vivido, pero al no tener cámara de fotos ni móviles, pues no tenemos ninguna fotografía.




Entre los adornos que le ponemos a la Cruz, en una mesa colocamos ‘el pero’, una manzana con una tijera pinchada y ¿por qué? Ahora viene una señora y dice: yo le pondría una flor aquí; otra, pues le falta esto…; y así. Por eso es ‘el pero’. Ahora le ponemos adornos a la peana de la Cruz y poco a poco, verá usted como queda de bonita. ¿Cuánto tiempo llevan haciendo la Cruz de Mayo? Unas llevamos siete años, otras cinco, algunas dos, depende. Cada año cambiamos los adornos de la Cruz, el frente, las flores, todo. Nos gusta hacerlo, es la Cruz de todos los socios del Club de la Tercera Edad ‘San Cleofás’ de Vera, póngalo usted bien claro.




¿Y así nos va a sacar en la foto? Pues sí, se trata de ver cómo preparan la Cruz, su trabajo. Son ustedes guapísimas. No se apuren, en otra foto van a salir bien arregladitas, ustedes y la Cruz. Si les parece, sigan contando cómo será la fiesta. Cuando ya la ha bendecido el párroco organizamos bailes de pasodobles, sevillanas, y los socios toman tapas, pero todo de gratis, ¿eh?





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