El acoso contra Alejandro ‘salta’ la valla del instituto y continúa en la calle

Los padres denuncian que el grupo de menores conflictivos le insulta incluso en pueblos vecinos

Los padres de Alejandro en la imagen junto con su abogado.
Los padres de Alejandro en la imagen junto con su abogado.
Guillermo Mirón
01:00 • 02 may. 2017

Más allá de las aulas, uno de los lugares donde las secuelas del acoso escolar son más visibles en el hogar de la víctima. Cambios en el comportamiento del joven, dificultad para dormir o pesadillas constantes... Son algunos de los signos que pueden resultar de un caso de ‘bullying’ en un centro escolar. La familia de Alejandro, de 14 años, denunció recientemente el acoso reiterado por parte de un grupo de menores que culminó con una agresión en el instituto de Olula del Río al que debería acudir el  joven.




La denuncia sirvió para la aplicación de una serie de medidas disciplinarias contra los acosadores por parte del centro y para que la Administración facilitara un docente que acude a casa de Alejandro para que éste pueda recibir lecciones. Algo “insuficiente” para la familia de Alejandro que mantiene la misma petición desde que el caso saltó a la luz pública: una orden de alejamiento para los acusadores. Los últimos sucesos denunciados por la madre, Inmaculada Rivas, sirven para argumentar el reclamo del alejamiento. En los últimos meses las agresiones (en estos últimos casos verbales) por parte del “mismo grupo de menores” han proseguido en la calle e incluso en otras localidades cercanas a la de Olula del Río.




Último episodio
Los hechos denunciados por Inmaculada sucedieron el último domingo mientras la familia disfrutaba de una jornada en el merendero del vecino municipio de Fines. Un grupo numeroso formado por varias familias y niños decidieron pasar en este paraje una jornada festiva de convivencia que terminó suponiendo un nuevo episodio denunciado por los padres de Alejandro. Según recuerda la madre, Inmaculada Rivas, decidieron pasar un día en el campo con el joven puesto que “la psicóloga lleva mucho tiempo diciéndome que el niño debe salir a la calle y sacarlo del pueblo”.




Apostaron entonces por pasar un día en el campo acompañados de conocidos y en un entorno en el que Alejandro estaba disfrutando con otros jóvenes hasta que la tranquilidad finalizó “cuando llevábamos un rato en el merendero y se presentaron estos individuos”, explica Rivas. Según la descripción de la madre, uno de los menores se situó “detrás de Alejandro” y le insultó gravemente, además “de amenazarlo de muerte”. 




Testigos solidarios
La reacción de Inmaculada tardó en llegar. “Me quedé en ‘shock’. Cómo imaginar que en un encuentro con adultos y distendido se iban a presentar”, lamenta. Una vez que asumió lo ocurrido, no sólo la familia de Alejandro sino otras personas que se dieron cita ese día en el merendero “echaron a los acosadores” aunque “regresaron y la gente les volvió a echar”, por lo que se muestra agradecida por la solidaridad que este último capítulo despertó “entre los muchos testigos que había” y de los se valdrá para que salga adelante la nueva denuncia que tiene previsto formalizar hoy. 




La anterior denuncia la realizó en enero cuando “jóvenes del mismo grupo” les amenazaron en la puerta de su casa. “Si no lo vimos nosotros estando atentos cómo van a controlarlo en un instituto”, se pregunta Inmaculada, por lo que insiste en pedir el alejamiento. “Se están riendo de todos”, apuntilla.




Otros casos: Presuntas agresiones a jóvenes
El mismo abogado de la familia de Alejandro denunció otros casos de acoso y agresiones entre menores sucedidos en Olula del Río. Uno de los más graves según el letrado Juan Padilla fue protagonizado por “el mismo grupo de acosadores”, que presuntamente grabó un vídeo e un teléfono móvil mientras un menor realizaba una felación a los abusones en el cuarto de baño de un local para después difundir el vídeo a sus contactos. Según Padilla, el menor fue engañado asegurándole los abusadores que lo que hacía “era normal”. Si bien el vídeo no fue grabado en un centro educativo se trata del “mismo grupo de acosadores”, subrayó el abogado de las tres familias que han denunciado acoso y agresiones en Olula del Río. El grupo estaría formado “por entre diez y veinte jóvenes” de los cuales “cinco actúan como cabecillas”.





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