El agua, un legado para generaciones futuras

Francisco Góngora, alcalde de El Ejido.
Francisco Góngora, alcalde de El Ejido. La Voz
La Voz
07:00 • 09 oct. 2018

Por Francisco Góngora






Alcalde de El Ejido



Qué duda cabe de que el agua es un bien escaso, muy preciado y común y como tal, debe de ser tratado con equidad. Sin embargo, los datos dicen todo lo contrario y es que una cuarta parte de la población mundial sufre escasez de este recurso tan vital, imprescindible y necesario para la pervivencia de la humanidad y por ende, del planeta.



Sin duda, una situación que resulta muy preocupante y en la que las Administraciones jugamos un papel fundamental. Por ello, se hace más que preciso el articular políticas racionales en las que prime, ante todo, la generosidad de aquellos territorios que cuentan con excedentes hídricos para que éstos puedan ser aprovechados y compartidos de forma igualitaria por el resto, de manera que no se desperdicie ni una sola gota de este importante recurso natural; fuente, también, de riqueza, creación de empleo y estabilidad.



De sobra es sabido que el agua representa la base sobre la que se sustenta nuestro sistema productivo de frutas y hortalizas. Es tan sencillo como que sin agua no hay futuro para nuestra agricultura y sin agricultura no hay ni desarrollo ni progreso para un sector que se remonta medio siglo atrás y que, hoy día, representa todo un ejemplo en Europa en lo que a innovación y competitividad se refiere. Este posicionamiento no nos ha venido 'llovido del cielo'. Como todos bien sabemos, ha sido gracias al espíritu de lucha, sacrificio y constancia de tres generaciones ya de agricultores, que han sabido ingeniárselas para optimizar al máximo todos los recursos que le ha brindado esta tierra, incluido el agua. Y un claro ejemplo de ello lo encontramos, sin ir más lejos, en el gran avance que supuso hace unas décadas la introducción del riego por goteo,  que permitió sustituir el tradicional método 'a manta' por un sistema mucho más avanzado y eficiente que dispensa la cantidad exacta en el tiempo y la forma que precisa cada planta en función de la tipología del cultivo.



Nuestra provincia en general y nuestro municipio de forma particular siempre se han caracterizado por haber sido y por ser zonas en las que ha primado la hospitalidad, muy acogedoras y complacientes con todo aquel que ha llegado hasta aquí buscando una oportunidad de futuro, un lugar próspero en el que asentarse y forjar los cimientos de su desarrollo personal y profesional. Pues bien, ahora somos nosotros los que requerimos de la solidaridad de los demás y cuando digo esto, me refiero a la necesidad de que recibamos ese preciado líquido que a otros le sobra y desperdician desembocando al mar. 



Es hora de que los gobiernos implicados nos unamos 'todos a una ' para dar una respuesta inmediata a esta situación. Es más que evidente la incipiente necesidad que existe de acometer infraestructuras hidráulicas que posibiliten ofrecer soluciones estructurales a la problemática actual, siempre desde el punto de vista de la sostenibilidad. Por ello, precisamos de compromisos firmes y estrategias serias que permitan realizar trasvases a zonas que, como la nuestra, están pidiendo a gritos una solución urgente a la escasez hídrica. Los acuíferos se secan y no podemos sacar de dónde no hay. Es necesaria una vertebración territorial de los recursos hídricos teniendo también en cuenta su productividad social y económica.De ahí que se trate de una cuestión de capital importancia el impulsar acciones viables a las necesidades concretas y específicas que presenta cada provincia y cada municipio. Es, sin más, una cuestión de racionalidad y pura lógica, y por supuesto más aún de voluntad política, el garantizar el futuro de las generaciones venideras; convirtiendo el agua en un claro legado.


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