La almeriense que entra en el mundo de la aviación

Tiene 36 años y lleva el restaurante ‘Il Capo’ mientras saca sus estudios

En el Paseo Marítimo de su tierra, Almería, justo delante de su Restaurante, 'Il Capo'.
En el Paseo Marítimo de su tierra, Almería, justo delante de su Restaurante, 'Il Capo'. Carlos Miralles
Carlos Miralles
19:37 • 25 may. 2024

Son las once de la mañana en Almería, el Paseo Marítimo se va llenando de personas que caminan, corren, montan en bicicleta o deciden tumbarse en la playa para tomar un poco el sol. En un local de comida italiana, 'Il Capo', espera la gran protagonista de esta bonita historia. Tiene 36 años y se define como una persona "inquieta y ambiciosa" que ha tenido que superar varios momentos duros a lo largo de la vida pero siempre salió adelante con el esfuerzo personal y el apoyo de la familia y su pareja.



María del Rocío Scaglione Ruano puso en marcha hace seis años el Restaurante 'Il Capo', junto al Paseo Marítimo, aunque todo da comienzo mucho antes. Su padre, Gino, nació en Sicilia (Italia), pero vino a España, a Almería, y levantó dos negocios de restauración; 'El Padrino', y posteriormente 'Sicilia'. Aquí conoció a su mujer, María Jesús, que trabajaba en una tienda de cortinas, y al tiempo nació Rocío. "Desde muy pequeña, como estaba con mis padres en el local, pues yo misma me enseñaba a ayudar en la cocina o hasta tirar cañas de cerveza", cuenta.



Nuevo camino



Con la mayoría de edad Rocío se desvinculó del negocio familiar y trabajó por su cuenta en un supermercado. Su padre falleció en 2009, "pero lo que me hizo cambiar de chip fue el nacimiento de mi sobrina. Ahí me di cuenta de que quería involucrarme más con mi familia". Dejó su puesto y entró en la Escuela de Hostelería, "porque yo por aquel entonces no sabía hacer un huevo frito", y decidió trabajar junto a su madre, María Jesús, para seguir hacia adelante tras la dura pérdida de Gino.



Sueños



La frase que marca la vida de Rocío es "si tienes alas, ¿por qué no las usas?". Aquí empieza un nuevo capítulo de su historia. Vio en alquiler un local grande con vistas a la playa y fue a por todas, haciendo una inversión arriesgada que con el tiempo ha dado sus beneficios. "Le llamé 'Il Capo' porque una noche, en mitad de la tensión y los nervios de la obra, se me vino a la cabeza ese nombre, lo apunté y así se quedó". Entonces llegó la jubilación de su madre y Rocío diseñó su propia casa: "Así es, con una aplicación que me descargué hice mi hogar muy cerca del mar".



Momentos difíciles



Se emociona cuando recuerda su trayectoria, ya que "no fue fácil superar la pandemia. Los ingresos desaparecieron y tuvimos que tirar de nuestros ahorros. Fue empezar de cero otra vez y aquí sí que tengo que agradecer a todo mi equipo y a mi pareja, Mayra Figueroa, el apoyo y la confianza que me mostraron y que todavía mantienen". Hasta reconoce que al estar confinados "aprendí a tocar el saxofón de manera autodidacta. No puedo estar quieta". Ahora el negocio va bien, son platos totalmente caseros con un toque personal; "y es que yo me guío mucho por el olfato, lo aprendí de mis padres, y hasta que no doy con la tecla no paro".


Aviación

La vida de la almeriense dio otro giro hace algo más de dos años: "Me saltó en el teléfono una publicidad para ser piloto de aviación. Entonces pensé en la reflexión que me acompaña siempre: 'Si tienes alas, ¿por qué no las usas?', pero cuando vi el precio lo dejé ahí aparcado". La visita de un piloto a su restaurante le hizo replantearse todo: "Dio la casualidad de que vino con un amigo, allá por 2022, y como en mi negocio es importantísimo tener un trato cercano con el cliente, pues hablamos y me convenció para que me apuntara y cumpliese otro de mis sueños".


Llamó a 'World Aviation Flight Academy', con sede en Madrid, y comenzó las clases online. Una nueva experiencia pero sin dejar de lado 'Il Capo'. En breve se va a examinar tanto en teórico como en práctico: "En septiembre de 2023 me puse manos a la obra para sacarme la licencia de piloto privado, es decir, que si apruebo pues podría coger una avioneta para hacer vuelos".


Quiere más

Pero Rocío no se detiene aquí: "Mis objetivos son aprobar todo y en un año y medio, si todo va bien, convertirme en piloto comercial, en comandante. Para ello hay que sumar muchas horas en el simulador, ya sea en Málaga o en Madrid, y también en horas de vuelo. Para mí ha sido muy importante iniciar esta nueva etapa y vuelvo a darle las gracias a mi pareja Mayra por su respaldo".


Un libro

La vida de la almeriense de 36 años da para mucho y todavía le quedan cientos de capítulos por escribir. "Mis estudios me los he pagado yo siempre, he ayudado a mi familia en todo lo que he podido, y ahora ha surgido esta oportunidad de entrar de lleno en el mundo de la aviación y no la quiero desaprovechar. Mientras estudio formo a mi equipo de 'Il Capo' para que ellos continúen con el legado, ya que será muy difícil para mí compaginar las dos cosas".


Futuro

Nos despide invitándonos a pasar un día por 'Il Capo' y probar los productos de una cocina especial "y muy personal". Además, lanza un mensaje para todos los almerienses: "¡Si yo puedo, vosotros podéis!. Luchad por vuestros sueños y aunque vengan malos tiempos, con esfuerzo se sale adelante". 


Con su sonrisa infinita, y junto a su pareja Mayra, nos despide mientras preparan el local para atender a sus clientes y prometiendo que en cuanto se saque la primera licencia de piloto privado llamará a LA VOZ de Almería y Cadena SER: "Eso está hecho, y también os podré dar una vuelta (risas)".


¡Suerte, Rocío!.


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